El Reino Unido dio un gran paso hacia la normalidad el lunes con el levantamiento de restricciones impuestas por el coronavirus, mientras la situación es preocupante en Asia y en particular en India, donde un potente ciclón interrumpió los esfuerzos para combatir la devastadora ola contagios.
Los británicos podrán nuevamente cenar en un restaurante, ir al pub o ver un partido de fútbol en el estadio. Las reuniones en casa están de nuevo permitidas --pero limitadas a seis personas o dos hogares como máximo--, al igual que las vacaciones en el extranjero, aunque solo algunos destinos están exentos de la cuarentena al volver.
Algunos veraneantes no perdieron el tiempo. "No podíamos esperar a volver, es fantástico", dijo una turista británica de 52 años, Diane Healy, a su llegada a Portugal, donde tiene una propiedad.
El Reino Unido, el país más afectado por la pandemia en Europa, con casi 128.000 muertes, ha visto mejorar mucho su situación sanitaria tras un confinamiento estricto en invierno y una gran campaña de vacunación, que ha cubierto a casi el 40% de la población adulta.
El primer ministro británico, Boris Johnson, habló de un nuevo "hito" pero pidió que se abordara con "una gran dosis de precaución" sobre todo por la propagación de la variante india, "bajo estrecha vigilancia".
El número de casos atribuidos a esta variante (B1.617.2) en el Reino Unido se ha más que duplicado en una semana, hasta superar los 1.300 la semana pasada.
Francia también está a punto de recobrar parte de su libertad gracias a que la epidemia se ralentiza y a una campaña de vacunación que ya benefició con al menos una dosis a 20 millones de personas.
A partir del miércoles, el toque de queda se retrasará de las 19h00 a las 21h00 horas y se reabrirán, con aforo reducido, cines, museos, teatros, zoológicos y todos los comercios.
En cuanto a los bares y restaurantes, solo se autorizarán sus terrazas, al 50% de su capacidad y con mesas de seis personas.
El parque Disneyland París, cerrado desde el 30 de octubre, reabrirá el 17 de junio.
En Arabia Saudita las autoridades levantaron la prohibición, impuesta hace un año, de viajar al extranjero y cientos de coches de ciudadanos vacunados copaban el lunes en la carretera que une al país con Baréin.
La pandemia de coronavirus mató al menos a 3,38 millones de personas en todo el mundo, según el último balance de la AFP el lunes, y sigue causando estragos en India, donde los hospitales y el personal sanitario están saturados y escasean el oxígeno y los medicamentos.
Ese inmenso país de 1.300 millones de habitantes registró el lunes 4.100 muertes y casi 280.000 nuevos casos, lo que eleva a casi 25 millones el número de contagios desde que comenzó la pandemia.
Los esfuerzos para combatir esta segunda ola se están viendo afectados por la proximidad del ciclón Tauktae.
Bombay, la capital del estado de Maharashtra, ya está inundada y la vacunación se suspendió durante un día.
Las autoridades tuvieron que evacuar el domingo a 580 pacientes de covid-19 desde tres hospitales de campaña hacia "lugares más seguros".
En otros lugares de Asia, las autoridades de Singapur impusieron nuevas restricciones, incluido el cierre de escuelas, por el aumento de casos. Y en Taiwán, que hasta ahora no se había visto afectado por la pandemia, las escuelas estarán cerradas en Taipéi a partir del martes.
"Nos preocupa que el pico mortal en India sea un precursor de lo que ocurrirá" en otras partes, dijo el lunes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
"Los casos se disparan y los sistemas sanitarios están bajo presión en países cercanos como Nepal, Sri Lanka y las Maldivas, o lejanos, como Argentina y Brasil", añadió la agencia de la ONU en un comunicado.
En América Latina, con un balance total de más de 981.000 muertos y casi 31 millones de contagios, la vacunación en Brasil, el país más afectado, avanza despacio.
Unos 35 millones de brasileños (16% de la población) fueron vacunados con la primera dosis y casi 17 millones con la segunda. Pero son número bajos para un país donde el coronavirus ya dejó más de 435.000 muertos y está en una meseta de casi 2.000 decesos diarios.
En Argentina, el presidente Alberto Fernández, dijo el domingo que su país está preparado para albergar la Copa América de fútbol pese a los embates de la pandemia (más de 70.000 muertos).
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