Nueva York. Este 2021 debe ser el año del gran combate contra el cambio climático, “cuyas repercusiones ya son demasiado costosas para los pobladores del planeta”, exhortó este lunes la ONU, antes de una cumbre sobre el clima propuesta por Joe Biden.
"Estamos al borde del precipicio", advirtió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en la presentación, junto a Petteri Taalas, director de la Organización Meteorológica Mundial (OMM, agencia de Naciones Unidas), de su informe anual.
Las naciones "deben actuar ya para proteger a las poblaciones contra los efectos desastrosos del cambio climático", agregó.
El informe recuerda que 2020 fue uno de los tres años más calurosos hasta ahora registrados y que las concentraciones de gases de efecto invernadero aumentaron pese a la ralentización económica por la pandemia de covid-19.
Para la ONU 2021 es un año "crucial" para intentar frenar los efectos "desastrosos" del cambio climático. La organización agendó una serie de cumbres claves, desde esta semana, para ofrecer a los líderes mundiales la ocasión de ponerse en acción.
Este informe demuestra que 2020 fue un año de "condiciones meteorológicas extremas y perturbaciones climáticas provocadas por el cambio climático generado por el ser humano", dijo Guterres.
Fue publicado poco antes de la cumbre climática organizada por el presidente estadounidense, Joe Biden, para jueves y viernes: se ha invitado a cuarenta dirigentes mundiales a participar en discusiones por videoconferencia cuyo objetivo es galvanizar los esfuerzos de las principales economías para combatir la crisis climática.
Esta cumbre debería ser la ocasión para informar mejor y así "cambiar las mentalidades", según la joven militante ecologista sueca Greta Thunberg.
"Hasta que no tratemos la crisis" climática como tal, "no lograremos obtener un cambio profundo", declaró en otra conferencia de prensa organizada por la OMS.
Guterres cuenta por otra parte con la conferencia climática de la ONU, COP26, en noviembre, para que finalmente se tomen "medidas audaces" y se concreten "cambios radicales".
Los actuales niveles de ambición en términos climáticos están muy por debajo de lo necesario.
"Los países deben comprometerse a alcanzar cero emisión para 2050", indicó, añadiendo: "se termina el plazo para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París (2015). Debemos hacer más y más rápido".
Este acuerdo sobre cambio climático prevé limitar el calentamiento global por debajo de los 2ºC por encima del nivel preindustrial, en tanto los países continúan sus esfuerzos para acotarlo a 1,5°C.
Pero la OMM considera que hay al menos una probabilidad sobre cinco de que la temperatura media global supere temporalmente la barrera de los 1,5°C en 2024.
"Todos los indicadores climáticos claves (...) subrayan lo duradero e implacable del cambio climático, el aumento en número e intensidad de los fenómenos extremos, así como las pérdidas y daños a gran escala, que afectan negativamente a personas, sociedades y economías", resume Taalas.
"Para estabilizar la temperatura media mundial en 1,5 o 2°C por encima del nivel preindustrial de aquí a fines del siglo, necesitaríamos una enorme reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero ya, durante esta década", advierte el director de la OMM.
En 2020, las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero --dióxido de carbono, metano y óxido nitroso--, siguieron aumentando pese a la reducción temporal de las emisiones por la pandemia de covid-19, que enlenteció la economía.
Además 2020 fue uno de los tres años más calurosos hasta ahora registrados, con temperaturas que llegaron a 38°C en Verjoiansk, Rusia, el 20 de junio, algo nunca visto al norte del Círculo Polar Ártico.
El aumento del nivel de los mares se acelera, en tanto el almacenamiento de calor y la acidificación de los océanos también, lo que disminuye la capacidad de éstos de moderar el cambio climático.
Además, el informe apunta al derretimiento de la banquisa en el Ártico y el número sin precedentes de 30 tormentas ciclónicas en el Atlántico, con más de 400 muertos y daños por $41.000 millones.
Las olas de calor extremo, las graves sequías y los incendios de bosques también provocaron enormes pérdidas. Finalmente, en el primer semestre de 2020 hubo 9,8 millones de desplazamientos ante riesgos de catástrofes meteorológicas.