Desde mediados de enero, las denuncias sobre agresiones sexuales en medios deportivos y culturales han aumentado en Grecia. Animadas por este #Metoo tardío, tímidamente algunas lenguas empiezan a soltarse respecto al incesto.
En una sociedad patriarcal como la griega, donde la violencia sexual brega por rebasar la esfera privada, el testimonio, en enero, de la campeona olímpica de vela Sophia Bekatarou provocó una verdadera avalancha de denuncias por agresiones sexuales contra deportistas, estudiantes, periodistas o actrices.
Más de una decena de actrices denunciaron ante sus sindicatos abusos sufridos en su medio al comienzo de sus carreras. Un compositor griego muy conocido es objeto de este tipo de acusaciones.
Tras más de tres años del surgimiento de movimiento en Estados Unidos, el #Metoo heleno fue inaugurado por Sophia Bekatorou, de 43 años, bimedallista olímpica de vela, quien denunció ante un tribunal que fue agredida sexualmente cuando tenía 21 años por un alto funcionario de la Federación concernida.
En Grecia, es la primera vez que una figura pública divulga públicamente este trauma. "El 90% de las agresiones sexuales se mantienen en la sombra", señala Vassiliki Artinopoulou, profesor de la universidad Panteion de Atenas. "Solamente se hizo pública la punta del iceberg", agrega este criminólogo.
Konstantinos Yannopoulos, presidente de la asociación "La sonrisa del niño", destaca "la necesidad" de aprovechar el #Metoo para que finalmente se hable sobre agresión sexual en las familias".
En "la gran mayoría de los casos, el agresor es el padre, y peor aún, con apoyo de la madre", se lamenta. "Vivimos en una sociedad sexista, que justifica los actos de los hombres", confía Yannopoulos, quien trabaja para crear un organismo a nivel nacional para determinar casos de incesto.
Para romper el tabú, el sitio de noticias online omniatv.gr ha lanzado una campaña sobre agresión sexual en el entorno familiar, basándose en el caso de Eleonora (nombre ficticio), cuyo hermano comparece en febrero por haber abusado de ella cuando tenía 11 años.
Creada como consecuencia de este juicio en apelación, la campaña #MilaKaiEsy (#Speakuptoo) en primer término quiere "apoyar económicamente a Eleonora", quien, pese a la oposición familiar, presentó en 2018 una denuncia contra su hermano, quince años después de los hechos.
El objetivo de esta campaña "es también animar a hablar a otras personas que han tenido experiencias similares", señaló a la AFP Loukas Stamellos, integrante de la redacción de omniatv.
"Conocimos el caso de Eleonora el año pasado, cuando su agresor fue condenado a 3 años de prisión, y creamos una plataforma para cubrir los gastos de la apelación", añadió.
Eleonora debió "elegir entre su familia y la verdad". Su madre le dijo "nos vas a poner en ridículo", cuando le contó el crimen de su hermano y su decisión de denunciarlo. "Podría haberme callado toda mi vida, siendo cómplice de la comedia que todos estábamos encarnando, conmigo como protagonista y en un papel mudo", confía al sitio.
En una entrevista a mediados de diciembre, la joven víctima comenta su combate por superar una adolescencia de pesadilla, su depresión, intentos de suicidio, antes de recurrir a la justicia. "Finalmente comprendí que no me podía ocurrir nada más grave que aquello y opté por la vía legal", reiteró.
Yannopoulos recuerda a una joven víctima abusada por su padre desde los 7 años, quien se acercó a su asociación a los 14, cuando su madre se negó a denunciar a su marido.
A veces la violencia doméstica permite identificar casos de incesto. "Una niña nos llamó para confiarnos que había sido golpeada por sus padres. Conversando con ella descubrimos que su padre la agredía sexualmente, algo 'normal' para ella", destaca.
Pero aún el incesto sigue en la sombra en Gracia. En 2020, sobre 2.100 casos de violencia doméstica denunciados, "sólo 31 revelaron agresiones sexuales".
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