Tel Aviv. La escalada militar entre Israel y Hamás, que deja más de 30 muertos, se intensificó este martes con una lluvia de cohetes lanzados por ese grupo islamista contra Tel Aviv y la represalia del Ejército israelí en la franja de Gaza.
La comunidad internacional pidió calma y los países musulmanes han expresado su indignación por lo que es el peor estallido de violencia en años entre el movimiento islamista en el poder en la franja de Gaza e Israel, desencadenado por enfrentamientos entre policías israelíes y manifestantes palestinos en Jerusalén Este.
Los ataques israelíes con aviones y helicópteros dejan al menos 30 muertos del lado palestino, incluidos diez niños, y unos 125 heridos, según el Ministerio de Salud de Gaza. Comandantes de Hamás y de la Yihad Islámica, segundo grupo armado en ese enclave, murieron en los ataques, confirmaron esos movimientos armados.
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La noche del martes, un edificio de doce pisos en el centro de la ciudad de Gaza, donde las principales figuras de Hamás tenían sus oficinas, fue destruido en un ataque israelí, constató un periodista de AFP.
En reacción, Hamás afirmó que había disparado 130 cohetes contra la ciudad israelí de Tel Aviv, donde sonaron las alarmas antiaéreas.
Uno de los disparos impactó en un autobús vacío en Holon, cerca de Tel Aviv; otro cohete impactó en Rishon Letzion, en el centro del país, donde murió una mujer según la Policía israelí. El aeropuerto internacional Ben Gurión quedó cerrado al tráfico aéreo.
‘Es solo el comienzo’
Más temprano, en el lado israelí, los cohetes disparados por Hamás contra las ciudades de Asdod y Ascalón, ubicadas al norte de la franja de Gaza, cobraron la vida de otras tres mujeres israelíes, dijo el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
“Desde ayer (lunes) el Ejército llevó a cabo centenares de ataques contra Hamás y la Yihad Islámica en Gaza (...) y vamos a intensificar aún más la fuerza de nuestros ataques”, afirmó Netanyahu, agregando que Hamás “iba a ser golpeado de una manera que no se espera”.
El brazo armado de Hamás juró que convertiría la ciudad de Ascalón en “un infierno” si los ataques israelíes dejaban víctimas civiles en Gaza, y había prometido la misma suerte a Tel Aviv.
“Si (Israel) quiere una escalada, estamos preparados y si quiere detenerse también estamos listos”, dijo la noche del martes Ismael Haniyeh, líder de Hamás en un discurso televisado.
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El ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, autorizó al Ejército movilizar 5.000 reservistas, pero aún no está claro si lo hará.
“Todavía hay muchos objetivos en la mira. Esto es solo el comienzo”, advirtió el ministro la noche del martes.
Hamás había amenazado el lunes a Israel con una nueva escalada militar si sus fuerzas no se retiraban de la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este —tercer santuario del Islam— donde los enfrentamientos diarios entre palestinos y la Policía israelí han causado cientos de heridos desde el viernes.
Los ataques israelíes contra Gaza son los más importantes desde noviembre del 2019. En ese momento, Israel había dirigido el asesinato selectivo de un alto comandante de la Yihad Islámica, Baha Abu al Ata, responsable de numerosos ataques contra territorio israelí.
Después de la muerte de su comandante, la Yihad Islámica lanzó unos 500 cohetes contra Israel, que bombardeó las posiciones de ese movimiento tratando, sin embargo, de evitar las de Hamás, para no comprometer una tregua con ese movimiento.
Sin embargo, una fuente de Hamás anunció el lunes que Muhamad Fayad, un comandante de su brazo militar, murió en Beit Hanun, en el norte de Gaza, poco después del inicio de los ataques israelíes.
Por otra parte, en medio de la escalada en Israel y Gaza, un palestino murió y otro resultó herido el martes en el norte de Cisjordania ocupada a causa de los disparos de fuerzas israelíes.
Llamados a la calma
La comunidad internacional expresó su creciente preocupación, mientras que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que sostendrá el miércoles una reunión de urgencia, no logró ponerse de acuerdo sobre una declaración común, ya que Estados Unidos —aliado histórico de Israel— considera que “por ahora no es oportuno lanzar un mensaje público”.
“Las provocaciones que hemos visto han resultado en una pérdida de vidas profundamente lamentable. Seguimos pidiendo calma”, afirmó este martes el vocero del Departamento de Estado, Ned Price.
Fuentes diplomáticas afirmaron que Naciones Unidas, con la ayuda de Catar y Egipto, iniciaron una mediación para lograr una distensión.
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Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores egipcio, Sameh Choukri, dijo el martes por la noche que hasta ahora Egipto había intentado sin éxito hablar con Israel.
Los ataques israelíes provocaron manifestaciones de protesta en Jordania, Sudáfrica y Túnez y otros países.
La Unión Africana, al igual que Cuba, “condenó enérgicamente” los “bombardeos” en Gaza. Uruguay y otros países expresaron su preocupación por la violencia.
La franja de Gaza, enclave empobrecido de dos millones de habitantes, está sometida a un bloqueo israelí desde la toma del poder de Hamás en el 2007. Desde entonces, Hamás e Israel se han enfrentado en tres guerras (2008, 2012, 2014).