El expolicía Eric Adams tomó la delantera en las primarias demócratas de la ciudad de Nueva York el martes, de las que seguramente saldrá el alcalde pospandemia de la mayor metrópolis de Estados Unidos.
Poco después de las 23H30 locales (03H30 GMT), el actual presidente del distrito de Brooklyn contaba con el 30,9% de los votos, según la junta electoral del Estado de Nueva York, bastante por delante de la progresista Maya Wiley, que reunía el 21,6%.
Con 86% de demócratas entre los neoyorquinos afiliados a un partido, se da por hecho que el ganador de estas primarias resulte victorioso el 2 de noviembre en las elecciones generales, y suceda a Bill de Blasio, en el cargo desde 2014 y en la actualidad sumamente impopular.
Después de 16 meses de una crisis sanitaria que debilitó la economía de la ciudad, el nuevo alcalde tendrá el desafío de reflotar Nueva York.
El empresario tecnológico Andrew Yang, también moderado, estuvo a la cabeza durante mucho tiempo en los sondeos, pero se estancó en las últimas semanas y terminó de desmoronarse el martes al obtener solo el 11,6% de los votos.
A media noche, el que fuera candidato a las primarias demócratas a la presidencia admitió su derrota. "No seré el próximo alcalde de Nueva York según los números de esta noche", dijo.
Hace poco más de un año Nueva York fue el epicentro nacional de la pandemia, con más de 33.000 muertes debido al virus.
Pero la ciudad está regresando a la vida tras duros meses de confinamiento, gracias a una fuerte campaña de vacunación. Virtualmente todas las restricciones por el coronavirus han sido levantadas y un 66% de los adultos de la Gran Manzana han recibido al menos una dosis de la vacuna.
"Hay mucho en juego aquí", estimó Lincoln Mitchell, experto de la Universidad de Columbia, citando temas que van desde la recuperación en la pospandemia al cambio climático.
A Adams le favoreció su imagen de expolicía, en una ciudad donde la inseguridad es ahora la principal preocupación de los ciudadanos.
A pesar de que las cifras de delincuencia se mantienen en niveles históricamente bajos, los tiroteos han aumentado un 73% desde principios de año, y una serie de incidentes en el metro ha alimentado la preocupación.
"Nueva York necesita ley y orden, y en gran medida", dijo a la AFP la neoyorquina Susan Green, una diseñadora de interiores de 74 años, tras votar en la mañana en el Upper East Side.
"He visto cambios drásticos y no me gusta lo que estoy viendo", dijo la mujer, que votó por Andrew Yang.
Nacido y criado en Nueva York, Eric Adams es un hombre hecho a sí mismo, un exoficial de policía que luchó durante sus 22 años de carrera contra la discriminación, una plaga en la policía de Nueva York.
Maya Wiley, en el segundo puesto entre los 13 aspirantes, se benefició del apoyo de varias figuras del ala izquierda del Partido Demócrata, en especial de la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, estrella de este sector.
Esta abogada especializada en derechos humanos y exasesora de De Blasio se posicionó como una alternativa al enfoque de la seguridad, proponiendo incluso recortar parte del presupuesto policial, como reclaman muchos activistas del movimiento nacido tras la muerte del afroestadounidense George Floyd.
Con más del 89% de los votos escrutados (resta contar los sufragios por correo), Wiley adelantaba este martes a Kathryn García (20,4%), una moderada que ocupó varios cargos municipales.
Nueva York estrena en estas primarias un nuevo sistema de votación, que pide a los electores elegir a cinco candidatos por orden de preferencia.
A menos que un candidato reúna desde el inicio más de 50% de los votos --un escenario muy improbable-- el candidato que quedó último es eliminado, y sus votos son redistribuidos hacia su segunda opción. Y así con el resto, hasta que un candidato supere el 50%.
Este sistema de eliminación, sumado a los importantes retrasos que en Nueva York suele tener el escrutinio de los votos por correo, podría posponer el anuncio del ganador varios días.
La incertidumbre sobre la tradicionalmente muy baja participación (solo el 14% de los demócratas votaron en las últimas primarias, en 2017) complica aún más la ecuación.
La ausencia de un candidato por más del 30% en las urnas y el lanzamiento de este nuevo método de votación hacen que esta primaria sea "única" en la historia de la ciudad, según Doug Muzzio, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Baruch.
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