El gobierno israelí anunció la noche del jueves la reducción a 50 años en la edad mínima para recibir una tercera dosis de la vacuna contra el covid-19, con la esperanza de combatir una nueva ola de contagios ligada a la variante delta del virus.
El Estado hebreo autorizó dos semanas atrás que personas de 60 años o más reciban una tercera dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, y la campaña permitió administrar dosis de refuerzo a más de 770.000 israelíes, según los últimos datos del ministerio de Salud.
En un nuevo paso, el primer ministro, Naftali Bennett, anunció que la edad mínima para la tercera dosis fue rebajada a 50 años.
"La campaña para vacunar a la población de 60 años y más es un gran éxito (...) Es un paso importante en la lucha contra la variante delta", indicó Bennett en un comunicado.
"Llamo a todas las personas de más de 50 años a hacer fila mañana (viernes). Vayan a vacunarse, esto es un gran éxito, está en nuestras manos", agregó.
El país también requerirá pruebas del coronavirus para niños de tres años en adelante para que peudan ingresar a escuelas, piscinas, hoteles y gimnasios.
Israel ya exige un Pase Verde a niños de 12 años para arriba con información de su vacunación, pruebas de covid y si está recuperado de la enfermedad.
Bennett dijo que a partir del próximo miércoles, el gobierno financiará pruebas ilimitadas del coronavirus para niños de 3 a 11 años.
Israel lanzó a mediados de diciembre una gran campaña de vacunación gracias a un acuerdo con la farmacéutica Pfizer, que le permitió recibir millones de dosis del inoculante.
La campaña permitió reducir drásticamente el número de casos, pero en las últimas semanas subieron los contagios por la propagación de la variante delta entre adultos no vacunados y personas vacunadas hace más de seis meses.
Por ello, las autoridades sanitarias locales decidieron aplicar nuevas dosis que refuercen la protección de las personas de mayor edad, consideradas más vulnerables.
No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había pedido una moratoria sobre las dosis adicionales para permitir más vacunas disponibles en los países pobres, cuya tasa de vacunación es más baja.
Bennett replicó que la aplicación de la dosis de refuerzo en Israel, país de 9 millones de habitantes, no afectaría el abastecimiento mundial y más bien permitiría probar la eficacia de la tercera dosis.
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