Roma. Italia adoptó este miércoles un ambicioso plan de 222.900 millones de euros para reactivar la economía, fuertemente golpeada por la pandemia de coronavirus, aunque la coalición en el poder amenaza con saltar por los aires por las discrepancias en la utilización de los fondos europeos.
"El Consejo de Ministros aprobó el #RecoveryPlan, el mayor plan de inversiones comprometido por Italia", anunció el ministro de Economía, Roberto Gualtieri, en su cuenta de Twitter.
Este "Recovery Plan", que todavía debe ser aprobado por el Parlamento, podría suponer el fin de la alianza gubernamental que integran los partidos de centroizquierda (Partido Demócrata/PD e Italia Viva/IV) y el Movimiento 5 Estrellas (M5S, antisistema).
El presidente de Italia Viva, el ex primer ministro Matteo Renzi, se había comprometido a no bloquear la adopción del plan para no retrasar la llegada de los fondos europeos. Pero había impuesto condiciones sobre su contenido, que considera insatisfechas, y amenaza con retirar del gobierno a los dos ministros de su pequeña formación.
"Tomaremos una decisión mañana por la mañana (miércoles) y la anunciaremos con total libertad en una conferencia de prensa", convocada para las 16H00 GMT, informó Renzi en la cadena de televisión RAI3 el martes por la noche.
Los dos ministros del IV, Teresa Bellanova (agricultura) y Elena Bonetti (familia), se abstuvieron en la votación del plan de reactivación.
"Ya no hay mayoría", tiene previsto titular este miércoles el gran diario La Repubblica.
Renzi reprocha al jefe del ejecutivo Giuseppe Conte (independiente) haber obrado en detrimento de las inversiones y de las reformas estructurales. También pedía que el país recurra al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), previsto para ayudar a los países de la zona euro en dificultades.
Sin embargo, Conte acordó duplicar con creces los fondos destinados a la salud y al turismo y aumentó la participación de las inversiones, que ahora alcanzan el 70%, frente al 21% de los incentivos fiscales y de otro tipo de ayudas.
"Falta el MEDE", reiteró Renzi.
El presidente de la República, Sergio Mattarella, árbitro de la situación según la Constitución parlamentaria, pidió que antes de una crisis política se apruebe el plan para gestionar los fondos de la UE.
Se trata de una arriesgada "partida de póquer", con todas las opciones sobre la mesa: dimisión de los dos ministros disidentes de Italia Viva y reorganización del gabinete de gobierno con una resolución rápida de la crisis o la caída de Conte con la designación de otro primer ministro.
Sin el apoyo de los 18 senadores de Italia Viva, Conte perdería la mayoría de 166 escaños (de 315) e Italia tendría que volver a las urnas.
Un escenario catastrófico para Conte, según los sondeos.
Y es que ni a Italia Viva, que cuenta con el 3% de las intenciones de voto, ni a los otros miembros de la coalición les interesa sabotearse, ya que la oposición de derecha y la extrema derecha tienen garantizada la victoria en unas elecciones anticipadas.
"Conte está acabado. La derecha está lista", dijo el martes por la noche el jefe de la Lega (extrema derecha) Matteo Salvini, que está al acecho.
Giuseppe Conte cree que le resultará "imposible formar un nuevo ejecutivo con el apoyo de IV" en caso de la retirada de sus ministros, según una fuente.
Una remodelación, con unos ministros más poderosos designados por Italia Viva, parecería ser la salida más probable a la crisis, aunque depende de la voluntad de Conte y Renzi de superar sus diferencias.
Varios pesos pesados de la mayoría han instado a los dos jefes de partido a la responsabilidad en un momento en que Italia suma cerca de 80.000 muertos por la pandemia de covid-19 y se moviliza para acelerar su plan de vacunación masiva.
"En plena pandemia, una crisis sería realmente incomprensible y peligrosa", dijo el ministro de Economía (PD), Roberto Gualtieri.
Italia, primer beneficiario del plan de 750.000 millones de euros ($911.000 millones) adoptado a mediados del 2020 por los líderes europeos, debe presentar su programa de gastos a Bruselas a finales de abril para que sea aprobado.
Italia preocupa, ya que el país ha sido acusado de despilfarro de los fondos de la UE en el pasado.
"Italia tendrá un papel decisivo en el éxito o el fracaso" de esta primera experiencia de deuda común de la Unión Europea, explicó el comisario europeo para la Economía, el italiano Paolo Gentiloni.
Y el plan de reactivación amenaza con agravar la deuda colosal de Roma, que se elevará al 158% del PIB, la segunda más alta de la zona euro por detrás de Grecia.