El primer ministro japonés, Fumio Kishida, anunció un plan por el monto récord de 56 billones de yenes ($490.000 millones) para reactivar la tercera economía mundial después de la pandemia.
Este estímulo, el tercero desde el inicio de la pandemia, "es suficiente para mandar una sensación de seguridad y esperanza para el pueblo japonés", dijo en comentarios televisados Kishida, cuyo gabinete debe aprobar el plan por la tarde.
El paquete incluye varias medidas, como pagos de dinero y cupones a familias con hijos menores de 18 años que cumplan con un tope de ingresos y un aumento de salario para enfermeros y trabajadores de la sanidad.
El estímulo se anunció este viernes 19 de noviembre y llega después de que la economía se haya contraído más de lo esperado en el último trimestre en el que los dirigentes nipones impusieron varias restricciones en Tokio y otras ciudades para contener un brote del virus.
Previamente, los anteriores primeros ministros, Yoshihide Suga y Shinzo Abe, inyectaron 40 billones y 38 billones de yenes ($350.000 millones y $330.000 millones) a la economía en 2020.
“Hemos sido capaces de construir medidas económicas que abrirán la nueva sociedad después de la pandemia”, afirmó Kishida sobre las negociaciones entabladas entre su gabinete y la coalición que lo respalda.
De acuerdo con el primer ministro, el paquete de 56 billones de yenes ($490.000 millones) llega hasta los 79 billones ($690.000 millones) considerando otros elementos como préstamos.
Kishida ganó las recientes elecciones generales con la promesa de un plan de estímulo económico tras la renuncia su predecesor, Suga, que dejó el cargo en parte por las críticas a su respuesta ante la pandemia.
Los negocios, especialmente restaurantes y bares, han encadenado meses de restricciones cambiantes sobre los horarios de apertura o las normas de venta de alcohol desde el inicio de la pandemia.
Además, las fronteras del país siguen cerradas a los turistas, una ausencia especialmente patente durante los Juegos Olímpicos celebrados el pasado verano boreal en Tokio.
Los datos del gobierno mostraron una contracción económica del 0,8% entre julio y septiembre, mucho peor de lo esperado por los analistas de mercados, debido al repunte de la pandemia y los problemas con las cadenas de suministro globales.
Los casos diarios han caído en los últimos meses y ahora más del 75% de la población está completamente vacunada, con lo que la mayoría de restricciones se han levantado.
Los economistas consideran que este plan de estímulo puede ayudar a la recuperación, aunque algunos medios cuestionan la eficiencia de los pagos de dinero y criticaron la falta de claridad sobre cómo se financiará.
Japón ya ostenta una enorme deuda pública de casi el 250% de su producto interior bruto (PIB), según el Fondo Monetario Internacional.
El gobierno debe explicar por qué este paquete "es necesario y qué efectos espera", dijo Kengo Sakurada, presidente de una asociación de ejecutivos corporativos esta semana.
También señaló que casi la mitad del dinero de los otros dos planes implementados todavía no se habían usado. "Necesitamos rendición de cuentas del gobierno sobre por qué este será exitoso", afirmó.
El economista de Daiichi Life Research Institute, Hideo Kumano, opinó que “es un plan enorme pero su impacto en el PIB parece limitado”.