El presidente de Kazajistán firmó el sábado una ley que vuelve a dar a la capital del país su antiguo nombre de Astana, señal de una ruptura con la herencia del expresidente Nursultan Nazarbayev, cuyo nombre inspiró que la ciudad fuera llamada Nursultán en 2019.
En su sitio, la presidencia indicó que Kasym-Jomart Tokayev había firmado esta ley sobre enmiendas constitucionales, que alarga además de cinco a siete años, no renovables, el mandato del jefe de Estado de Kazajistán
La víspera el parlamento había votado en favor de estos cambios.
Nazarbayev, de 82 años, que dirigió de forma autoritaria esta exrepública soviética desde su independencia en 1991 hasta 2019, se benefició durante años de un culto a la personalidad en su país.
Pero el nuevo presidente Kasym-Jomart Tokayev, de 69 años, ha tomado progresivamente sus distancias con la herencia de Nazarbayev, llevando a cabo reformas y alejándose del influyente clan del expresidente.
Este cambio ha sido más claro desde los sangrientos disturbios que azotaron Kazajistán en enero, y cuyas causas siguen siendo misteriosas.
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