Washington. La Corte Suprema de Estados Unidos acordó este lunes reconsiderar el derecho de las mujeres al aborto, lo cual, dada su mayoría conservadora, puede suponer un giro histórico a favor de los opositores a la interrupción del embarazo.
El caso, que involucra una ley de Misisipi que prohíbe la mayoría de los abortos después de las 15 semanas de gestación, será examinado durante el próximo periodo de sesiones de la Corte, que comienza en octubre.
Será el primer caso de aborto que aborde el tribunal superior de nueve miembros, tres de los cuales fueron designados durante la presidencia del republicano Donald Trump (2017-2021).
“Las campanas de alarma suenan con fuerza ante la amenaza a los derechos reproductivos”, dijo Nancy Northup, presidenta y directora ejecutiva del Centro de Derechos Reproductivos, que emprendió acciones legales contra la ley de Misisipi. “La Corte Suprema acaba de aceptar estudiar un texto que, sin duda, viola casi 50 años de sus propias decisiones”, subrayó.
En Estados Unidos, a falta de un marco legislativo, fue la Corte Suprema la que reconoció el derecho de la mujer al aborto en una emblemática decisión de 1973 en el caso “Roe vs. Wade”. El alto tribunal precisó luego que las mujeres pueden abortar mientras el feto aun “no sea viable”, lo que corresponde a unas 22 semanas de embarazo.
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Sin embargo, parte de la población estadounidense, especialmente en círculos religiosos, sigue oponiéndose ferozmente a las interrupciones voluntarias del embarazo y los estados conservadores han ido aprobando leyes para restringir el acceso de las mujeres a estos procedimientos, lo que ha obligado a muchas clínicas a cerrar sus puertas.
Las normas que contradicen directamente el marco establecido por la Corte Suprema, en particular las que prohíben todos los abortos o limitan los abortos a las primeras semanas de embarazo, hasta ahora han sido sistemáticamente invalidadas por los tribunales.
La ley de Misisipi, que data del 2018, fue bloqueada en primera instancia y luego en apelación. Sus autores decidieron entonces interponer un recurso ante la máxima instancia judicial del país.
La normativa prohíbe los abortos después de la semana 15, excepto si existe una emergencia médica o anomalías fetales graves, y no hace excepciones por violación o incesto.
La Corte Suprema podría haberse negado a revisar el caso, como hace generalmente, lo cual habría validado las decisiones de los tribunales inferiores. Al aceptar considerar la apelación sugiere que podría influir en ellas.
El alto tribunal no indicó sus motivaciones, pero dijo que quería limitarse a contestar una cuestión jurídica: “¿Todas las prohibiciones de abortar antes de la viabilidad (del feto) son contrarias a la Constitución?”.
Reducir el alcance
La decisión de la Corte Suprema de pronunciarse sobre el tema fue aplaudida por los opositores al aborto.
“Esta es una oportunidad histórica para que la Corte Suprema reconozca el derecho de los estados a proteger a los niños no nacidos de los horrores de los abortos tardíos y dolorosos”, afirmó Marjorie Dannenfelser, presidenta del grupo antiaborto Susan B. Anthony List.
Sin embargo, las defensoras del derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos expresaron su preocupación.
“Las políticas antiaborto han abusado de sus poderes para este preciso momento: dar la oportunidad a una Corte Suprema comprometida con quitarnos nuestro derecho al aborto”, se lamentó Alexis McGill Johnson, presidenta de Planned Parenthood, que administra numerosas clínicas que realizan abortos.
Para convencer al electorado de la derecha religiosa, Trump prometió durante la campaña electoral del 2016 nombrar jueces a todos los tribunales federales con valores conservadores, y en particular opuestos al aborto.
Durante su mandato, Trump llevó a tres magistrados a la Corte Suprema, dos de los cuales reemplazaron a jueces que protegían los derechos de las mujeres: el conservador Brett Kavanaugh sucedió en el 2018 al moderado Anthony Kennedy, y luego Amy Coney Barrett, una ferviente católica opuesta al aborto, reemplazó a la adalid del feminismo Ruth Bader Ginsburg, quien murió en setiembre del 2020.
Esto galvanizó a los opositores al aborto y los estados han multiplicado las normas restrictivas esperando darle a la Corte la oportunidad de retomar el tema.
Según el Centro de Derechos Reproductivos, además de Misisipi, otros 12 estados desde el 2019 han aprobado leyes que prohíben el aborto en varias etapas del embarazo. Y Planned Parenthood dijo que se han promulgado más de 500 restricciones al aborto desde principios de año.
Los expertos estiman que la Corte Suprema probablemente no invalide por completo el fallo de Roe vs. Wade. Pero puede reducir su alcance, al brindar cada vez más libertad a los estados para prohibir los abortos, lo que corre el riesgo de aumentar las disparidades territoriales en el país.