Leesburg. Muchos están agotados, otros temen por su seguridad: los funcionarios electorales son cada vez más víctimas de acoso en Estados Unidos, fruto de teorías conspirativas nacidas desde las elecciones del 2020.
Y a pocos días de las elecciones de mitad de mandato del próximo martes, esas teorías infundadas avivan los temores de violencia. “Los únicos problemas que tuvimos han sido lidiar con la información irrónea”, dijo Richard Keech, un funcionario del condado de Loudoun, Virginia.
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La AFP visitó la oficina electoral de ese condado a fines de octubre, cuando algunos acudían a votar de manera anticipada para los comicios del 8 de noviembre, en los que se elegirá la totalidad de los 435 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado estadounidenses, así como algunas gobernaciones y cargos locales.
Uno de los votantes preguntó entonces si las máquinas de votación estaban conectadas a internet, un mito ampliamente desmentido.
Desde agosto, este condado en las afueras de Washington tuvo que responder a 220 solicitudes de información sobre materiales de votación y listas de votantes, un récord. Y un video engañoso afirmaba que las autoridades de Loudoun guardaban fotos de las papeletas.
“A las 24 horas, los votantes llegaban a la recepción insistiendo en ver la foto de su boleta para asegurarse de que su voto había sido contado correctamente”, contó Keech, quien trabaja para la oficina electoral durante más de una década. “Así es como la desinformación afecta a los votantes”, agregó.
En Arizona, personas inspiradas en una exitosa película de teorías conspirativas sobre las elecciones del 2020 se dedican a vigilar las urnas donde los votantes pueden depositar sus boletas antes de tiempo.
En otros estados donde la contienda es reñida, como Florida y Michigan, el Partido Republicano reclutó trabajadores electorales de grupos que promovían acusaciones infundadas de fraude en el 2020.
Los funcionarios locales afirman que esto complica su trabajo y dicen estar preocupados por su seguridad. “Nos pesa lo que está pasando en otros condados” en Pensilvania, dijo Dori Sawyer, funcionaria electoral del condado de Montgomery, en este estado de la costa este. “Nos preguntamos cuándo llegará nuestro turno”.
‘Amenazas y acoso’
La directora de la agencia federal de ciberseguridad, Jen Easterly, aseguró en octubre que “no estaba al tanto de ninguna amenaza específica o creíble que pudiera comprometer o interrumpir la infraestructura electoral”.
Dicho esto, “el entorno actual de amenazas electorales es más complejo que nunca”, matizó, citando posibles “acoso contra funcionarios electorales” y “amenazas internas”.
Tras la derrota del presidente republicano Donald Trump en el 2020, funcionarios locales fueron blanco de muchas críticas injustificadas, hasta el punto de que algunos tuvieron que esconderse, según relataron en testimonios ante el Congreso.
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El Departamento de Justicia se comprometió a tomar medidas enérgicas contra esas amenazas en las elecciones de medio mandato, pero la intimidación ya está pasando factura.
“Exacerbó las tensiones en torno a las elecciones de una manera que nunca antes había visto”, dijo Tammy Patrick, de la Organización No Gubernamental (ONG) Democracy Fund y exfuncionaria electoral de Arizona. “Hemos visto estados donde una cuarta parte o incluso un tercio de los trabajadores electorales renunciaron”.
Según Keech, cerca de un tercio del personal de los colegios electorales del condado de Loudoun son nuevos este año. Otros estados no reemplazaron a los empleados que renunciaron después del 2020, incluido el principal funcionario electoral del condado de Fulton en Georgia, donde se encuentra Atlanta.
Expertos advierten que la inexperiencia del personal electoral puede traer problemas, ya que sus eventuales errores podrían malinterpretarse como irregularidades voluntarias. Sin mencionar el riesgo de que las vacantes se llenen con personas que niegan el triunfo del demócrata Joe Biden en las presidenciales del 2020.
“Cuando se contrata a un montón de empleados temporales en vísperas de un ciclo electoral, se eleva la posibilidad de riesgo interno”, aseguró David Levine, de la Alianza por la Protección de la Democracia y exfuncionario electoral de Idaho.
‘Salvaguardar’ la democracia
Ante estas tensiones, algunos condados tomaron medidas. “Hemos vuelto a reforzar la seguridad de nuestro edificio”, comentó Keech. El condado de Loudoun también “reforzó aún más” los procedimientos de cadena de custodia para las boletas.
En el condado de Montgomery, Sawyer indicó de que asistió a reuniones de seguridad con la policía, incluido el Buró Federal de Investigaciones (FBI), como medida de precaución. Cuando los electores llaman para expresar su preocupación, les recuerda que sus equipos están formados por “personas reales”.
“Me importa la democracia”, dijo Sawyer. “Podemos elegir a nuestros líderes. Podemos escribir nuestro propio destino. Creo que vale la pena salvaguardar eso”.