Lima. La asamblea anual de la Organización de los Estados Americanos (OEA) comienza este miércoles en Lima con los ojos puestos en Nicaragua y la guerra en Ucrania, en medio de llamados a protestas de grupos ultraconservadores peruanos.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Anthony Blinken, y sus colegas americanos, debatirán varios proyectos de resolución y de declaración, principalmente sobre la crisis política y de derechos humanos en Nicaragua, así como la situación de seguridad en Haití.
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También habrá debates sobre la migración venezolana y la invasión rusa a Ucrania, conflicto que causa dolores de cabeza en Washington y amenaza la seguridad alimentaria en América Latina.
"Esperamos un fuerte apoyo de todos los estados miembros de la OEA en la resolución sobre Ucrania, sobre Haití, Nicaragua", dijo el encargado de la diplomacia estadounidense para las Américas, Brian Nichols.
"La idea de que un país no puede simplemente invadir otro, declarar un referendo falso y luego anexarse su territorio, es algo que creo que todas las naciones de nuestro hemisferio deberían poder apoyar", añadió Nichols en teleconferencia con periodistas.
El 25 de marzo, la OEA pidió el fin de posibles “crímenes de guerra” en Ucrania, en una resolución apoyada por 28 de los 34 miembros activos del bloque regional, y el 21 de abril suspendió a Rusia como observador permanente.
Otro tema que puede sobrevolar los debates en Lima es el proceso de elección del nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), abierto la semana pasada tras la destitución del estadounidense Mauricio Claver-Carone por cuestionamientos éticos.
Su designación en el 2020, por impulso del entonces presidente estadounidense Donald Trump, rompió la tradición de que el BID esté dirigido por un latinoamericano.
La OEA es el principal foro político del continente y depende de Washington para su presupuesto anual en más del 50%. El presidente de Perú, el izquierdista Pedro Castillo, y el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, inaugurarán el miércoles por la tarde el cónclave en Lima, al que se unirá Blinken el jueves.
La Asamblea General de la OEA número 52 “se da en un momento difícil en términos de la acumulación de problemas y en medio de la urgencia de la cooperación”, indicó a la AFP Manuel Orozco, de Diálogo Interamericano, un centro de estudios en Washington.
"La situación nicaragüense es un reto muy extremo dado el autoaislamiento del régimen de Daniel Ortega, que evita respetar los acuerdos internacionales, ser parte del sistema interamericano y manejar relaciones multilaterales o bilaterales", agregó.
Managua, que en noviembre del 2021 anunció su retiro de la OEA, profundizó su aislamiento internacional hace pocos días al expulsar a la embajadora de la Unión Europa (UE), romper lazos diplomáticos con Holanda y rechazar la llegada del nuevo embajador de Estados Unidos.
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La OEA también debe examinar una declaración sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, adelantó Nichols. Otros temas en la agenda fueron propuestos por Perú, como la lucha contra la discriminación, lo que agita las aguas en Lima.
El lunes, frente al edificio del Congreso de Perú, se estacionó un camión con el cartel "OEA: a la mujer la define la biología, no la ideología", en rechazo a que la asamblea aborde los derechos de las minorías sexuales.
Además, el legislador ultraconservador peruano Alejandro Muñante, del partido del virtual nuevo alcalde limeño ,Rafael López Aliaga, convocó a una protesta contra la “agenda progresista de la OEA” para el jueves en la capital.
El canciller anfitrión, César Landa, quien presidirá la reunión de tres días, dijo que también abordarán “la seguridad alimentaria y nutricional”, amenazada por la guerra en Ucrania. Esta inquietud está en sintonía con los llamados que líderes mundiales hicieron en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, en setiembre.
El propio Castillo pidió en la ONU respetar el “derecho humano a la alimentación” facilitando las exportaciones de cereales ucranianos y de fertilizantes rusos. En Perú, la escasez de cereales y fertilizantes propicia a que un alimento básico como la papa se vuelva inaccesible para millares de familias pobres.
Al margen de la asamblea de la OEA, Blinken codirigirá una reunión sobre migración, un gran problema para su país en la frontera con México. Llegará a Lima tras visitar Colombia y Chile, y reunirse con los nuevos presidentes izquierdistas Gustavo Petro y Gabriel Boric.
Para el analista político y exembajador peruano Hugo Otero, “la gira de Blinken tiene mucho que ver con la presencia china, que crece en América Latina”. China es ahora el mayor socio comercial de Perú y Chile, condición que arrebató a Estados Unidos.
En Lima la OEA retoma las asambleas presenciales, después de dos encuentros en formato virtual por la pandemia de la covid-19.