Pekín. Un equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegará finalmente esta semana a China para iniciar la investigación sobre el origen del nuevo coronavirus, más de un año después de su irrupción y en un contexto de aumento de casos en Europa y Norteamérica.
Acusado de intentar bloquear la investigación, Pekín confirmó este lunes que los 10 expertos de la OMS llegarán el próximo jueves para realizar “investigaciones conjuntas con científicos chinos”, según un comunicado del Ministerio de Salud.
La misión de investigación en China es muy esperada a nivel político, máxime cuando el costo humano y económico de la pandemia ha generado ira y frustración en todo el mundo, donde se han registrado casi dos millones de fallecidos y más de 90 millones de casos confirmados.
En Europa, las cifras de contagios siguen aumentando. La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió que "la fase más dura de la pandemia" llegará en las próximas semanas y el Reino Unido aceleró la lucha contra el virus con la apertura de nuevos centros de vacunación.
Pekín hace frente a las críticas internacionales por su falta de transparencia durante los primeros días de la pandemia. Estados Unidos y Australia encabezaron los llamados internacionales para una investigación independiente, petición que enfureció a China.
El anuncio de la llegada del equipo de la OMS coincide con el aniversario de la primera muerte confirmada en China, en la ciudad de Wuhan (centro). Un mercado de esta metrópolis de 11 millones de habitantes se considera como el primer gran foco de la epidemia.
Sin embargo, el aniversario del primer deceso pasó desapercibido en Wuhan, donde sus habitantes se dedicaban en la mañana a sus ocupaciones habituales.
"Wuhan es la ciudad más segura de China e incluso del mundo ahora", dijo a la AFP Xiong Liansheng, un sexagenario en un concurrido parque a orillas del río Yangtsé, donde los jubilados se dedican a hacer ejercicios físicos.
La recuperación de Wuhan, la primera ciudad en confinarse en enero del 2020, contrasta con la situación en muchas partes del mundo, donde la pandemia sigue su curso lastrada por la aparición de nuevas cepas y los gobiernos se preparan para imponer nuevos confinamientos y toques de queda.
Nuevas olas
Las nuevas oleadas de contagios en Europa y Norteamérica han llegado en un momento de administración de las vacunas contra la covid-19, aprobadas y desarrolladas en un tiempo récord.
Con los hospitales al borde de la saturación por la irrupción de una nueva cepa y cuando el país se encuentra en confinamiento total, el gobierno británico abrió siete grandes centros de vacunación contra el coronavirus.
“Las próximas semanas van a ser las peores semanas de esta pandemia”, advirtió estevlunes el principal consejero médico del gobierno, Chris Whitty, a la BBC.
Las autoridades británicas buscan inmunizar a 15 millones de personas para mediados de febrero.
Al otro lado del Atlántico, en México, que ocupa el cuarto lugar entre los países con mayor número de muertes y el segundo de América Latina, la pandemia ha dejado los hospitales en un estado "crítico", con los paramédicos luchando incluso por encontrar camas para los pacientes.
“Para que haya capacidad de respuesta (en los hospitales se) tiene que dar de alta a uno o que se muera uno. Está cabrón (difícil), pero es la verdad”, dijo a la AFP Ángel Zúñiga, coordinador de socorros de la Cruz Roja de Toluca, a 40 kilómetros de la capital.
El papa Francisco y la reina Isabel II de Inglaterra se convirtieron el fin de semana en los líderes más recientes en apoyar la campaña de vacunación global, en un contexto de cierto escepticismo entre los ciudadanos.
“Hay un negacionismo suicida que no consigo explicar”, afirmó el domingo el papa Francisco, anunciando que se vacunará a lo largo de esta semana y animando a la población a seguir sus pasos.
”Hay que hacerlo”, aseguró.
India, el segundo país más poblado del mundo, se dispone a lanzar el sábado su colosal y compleja campaña de vacunación que busca inmunizar a 300 millones de sus 1.300 millones de habitantes.
Más de 150.000 personas murieron por la covid-19 en la India, cuya economía es una de las más afectadas del mundo y donde millones de personas no tienen medios para subsistir.
“Estoy impaciente por vacunarme y vivir sin miedo y sin mascarilla todo el tiempo. El año pasado fue muy duro”, declaró a la AFP Shatrughan Sharma, un trabajador de 43 años en Nueva Delhi.