Ankara. La Unión Europea envió tres aviones de extinción de incendios para colaborar en la lucha contra los incendios que devoran desde hace seis días el suroeste de Turquía, mientras la vecina Grecia batalla también con fuegos en su peor ola de calor desde 1987.
Movilizados en el marco del Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea, dos aviones Canadair de España y uno de Croacia fueron enviados para socorrer a Turquía, donde crece la presión por la gestión de la crisis del presidente, Recep Tayyip Erdogan.
"La UE es completamente solidaria con Turquía en este periodo tan difícil", afirmó el domingo el Comisario europeo para la gestión de crisis, Janez Lenarcic, en un comunicado.
De los 130 incendios que se declararon en seis días, siete siguen todavía activos, aseguró el lunes la Dirección de Bosques, un organismo público turco. En total, los siniestros han causado ocho muertes.
El país lleva días de mucho calor, "con una temperatura por encima de los 40ºC y vientos muy violentos", declaró el lunes el ministro turco de Agricultura, Bekir Pakdemirli.
La canícula también se extiende a Grecia, donde se alcanzará un pico de calor entre el lunes y el martes, al mismo tiempo que el país lucha contra incendios en la isla de Rodas y el noroeste del Peloponeso.
Las temperaturas pueden llegar a los 45ºC en algunas regiones.
Amenaza climática
“Nos enfrentamos a la peor canícula desde 1987″, declaró el primer ministro Kyriakos Mitsotakis.
"Ya no hablamos de cambio climático, sino de amenaza climática", declaró el viceministro griego de Protección Civil, Nikos Hardalias, a la cadena Star TV.
El calor es tan asfixiante que la Acrópolis de Atenas, habitualmente repleta de turistas, cerró sus puertas por la tarde.
De hecho, todos los sitios arqueológicos al aire libre de Grecia estarán cerrados todas las tardes del martes hasta el viernes, anunció el ministerio de Cultura.
En Turquía, el avance de las llamas hacia las ciudades de Antalya, Bodrum y Marmaris, al suroeste del país, obligó a evacuar el domingo a cientos de turistas y de residentes.
Más de 1.100 personas fueron movilizadas en barco, anunció el domingo el alcalde de Bodrum, Ahmet Aras, ante la imposibilidad de hacerlo por carretera.
En varias de las ciudades afectadas, los voluntarios se organizan para ayudar a los más de 4.000 bomberos desplegados sobre el terreno o para recolectar y distribuir agua y comida, así como cremas contra las quemaduras y ropa ignífuga.
“Muchos habitantes de Marmaris, como yo, no podemos dormir tranquilamente con estos incendios. Tenemos que impedir que arda nuestro futuro”, afirmó a un periodista de la AFP sobre el terreno Evran Ozkan, un voluntario de Marmaris.
Sin defensas contra incendios
Turquía sufre los peores incendios desde hace por lo menos una década con cerca de 95.000 hectáreas quemadas en lo que va de 2021, por una media de 13.516 en el mismo periodo entre 2008 y 2020, según los datos oficiales.
El presidente Erdogan fue criticado porque Turquía no dispone de aviones contraincendios, a pesar de que este es un problema que se agrava en un país que tiene un tercio del territorio cubierto de bosques.
El principal partido de la oposición, el CHP (Partido Republicano del Pueblo, socialdemócrata), reprochó al presidente turco el haber desmantelado la infraestructura de una organización semipública que tenía aviones contraincendios.
Antes del anuncio de la ayuda de la UE, Turquía ya había usado aviones de Rusia, Ucrania, Azerbaiyán e Irán.
El ministro turco de Interior, Suleyman Soylu, anunció una investigación de "eventuales vínculos de los incendios con un acto de sabotaje, terrorismo o negligencia".
Algunos editorialistas en medios progubernamentales acusan al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), considerado terrorista por Ankara y sus aliados accidentales, de estar detrás de los fuegos.