Minneapolis. “¡Culpable!” Cuando el veredicto contra el expolicía blanco Derek Chauvin en el juicio por la muerte de George Floyd se escuchó por un altavoz, la multitud estalló de alegría y alivio frente de la Corte de Minneapolis.
Más de 200 personas se reunieron para escuchar el veredicto del juicio contra el agente acusado de matar a Floyd, un afroestadounidense que murió asfixiado durante su arresto, en un caso que desató protestas contra la injusticia racial en todo el mundo.
“Culpable de los tres cargos”, anunció una voz masculina por un megáfono y las lágrimas corrieron por más de un rostro entre la multitud. “Hoy celebramos la justicia para nuestra ciudad”, agregó.
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“No puedo creerlo... ¡culpable!”, afirmó Lavid Mack, de 28 años, parado sobre un bloque de concreto para tener una mejor vista. No pensaba que Chauvin sería declarado culpable.
Una mujer salió de la multitud, demasiado conmovida para hablar, y cayó en los brazos de una amiga.
Otra, con los ojos llenos de lágrimas, expresó su alivio: “Ahonra finalmente podemos empezar a respirar”, dijo Amber Young. “Este año ha sido tan traumático, ahora espero algo de sanación”, comentó.
‘Poder negro’
Esta afroestadounidense pasa ahora a otra lucha: “Tenemos que luchar ahora por Daunte Wright”, en referencia al joven afroamericano de 20 años asesinado el 11 de abril por una mujer policía blanca en los suburbios de Minneapolis.
Con los puños en el aire, una decena de personas comenzó a gritar: “¡Poder negro! ¡Poder negro!”.
Antes del veredicto, un hombre agitaba una botella de brandy entre la multitud, con la esperanza de abrirla si Chauvin era declarado culpable.
La calle frente al palacio de justicia estaba cerrada al tráfico, y varios vehículos que se desviaban tocaron bocina en apoyo de la multitud.
El palacio de justicia estaba rodeado de vehículos blindados, bloques de concreto y cercas metálicas de tres metros de altura, dando cuenta de la sensibilidad del caso que encendió las protestas más grandes sobre el racismo y la brutalidad policial en una generación.
Sin embargo, las celebraciones se trasladaron rápidamente al sur de la ciudad, al lugar donde murió Floyd.
En esa esquina, más de 1.000 personas se reunieron para festejar la decisión del jurado. Nuevamente, levantaron los puños y corearon el nombre de George Floyd.
La multitud, entre la que había algunos familias con niños pequeños y hasta mascotas, bailó al ritmo de una banda que alegraba la escena.
Rachel Shield, una mujer blanca de 42 años, llegó con sus dos hijos para este momento “histórico”
“Sentimos que era muy importante estar presente”, manifestó.
“Tenemos muy pocas oportunidades de ganar en esta pelea”, señaló esta empleada de una iglesia.
“Estamos de fiesta esta noche y seguimos luchando y avanzando”, agregó.
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En esta zona residencial, a diferencia del centro de la ciudad, las tiendas permanecieron abiertas y las señales de que es donde se produjo la tragedia están por todas partes.
Un cartel publicitario muestra una imagen de George Floyd, con el lema: “Recuerda”.
Una escultura de metal de un puño cerrado está rodeada de flores y retratos de Daunte Wright, Tamir Rice y Breonna Taylor, afroestadounidenses muertos a manos de la policía, así como de Ahmaud Arbery, quien fue asesinado tras ser perseguido por tres hombres blancos.
Para Hannan Aboubaker, de 28 años, la condena ahora debe ser una señal de cambio. La policía “debe comportarse con nosotros con dignidad y respeto, y no con prejuicios, debe tratarnos de la misma manera que trataría a una persona blanca”, señaló.
En las semanas previas al veredicto, la tensión aumentó en Minneapolis, que se vio sacudida por protestas masivas tras la muerte de Floyd el año pasado.
Tropas de la Guardia Nacional han patrullado las calles y la mayoría de los negocios cerraron sus vidrieras por si volvían a estallar los disturbios.