Las ventas minoristas aumentaron más de lo previsto en junio en Estados Unidos, tras un pequeño descenso en mayo cuando los consumidores se enfrentan a la mayor inflación de los últimos 40 años.
El total de ventas ascendió a 680.600 millones de dólares, un 1% más que en mayo, según los datos publicados el viernes por el Departamento de Comercio.
Esta cifra es superior a la prevista por los analistas, que esperaban un aumento del 0,8%.
Las gasolineras registraron la mayor subida en un mes (+3,6%), cuando el precio medio del galón de gasolina (unos 3,8 litros) superó por primera vez el umbral de los 5 dólares, antes de retroceder en las últimas semanas.
Dejando al margen los precios de la gasolina, las ventas al por menor aumentaron un 0,7% con respecto a mayo.
Los estadounidenses gastaron más en restaurantes (+1%), muebles y decoración (+1,4%), artículos deportivos, instrumentos musicales y libros (+0,8%).
Las ventas de automóviles subieron un 0,9% en junio, tras una caída del 3,4% en mayo. Por su parte, las ventas en línea ganaron un 2,2%.
Las tiendas de ropa, construcción y jardinería fueron de las pocas categorías que registraron descensos, según los datos.
La evolución de estas ventas no tiene en cuenta la subida de los precios, que volvió a acelerarse en junio.
La inflación ascendió al 9,1% interanual, frente al 8,6% del mes anterior, según el Índice de Precios de Consumo (IPC) publicado el miércoles por el Departamento de Trabajo.
Por lo tanto, el aumento de las ventas al por menor significa, al menos en parte, que los consumidores estadounidenses han tenido que gastar más dinero, sin comprar más bienes y servicios.
El banco central de Estados Unidos, la Reserva Federal, observa de cerca este indicador e intenta frenar la elevada inflación subiendo los tipos de interés clave para aumentar el coste del crédito a particulares y empresas.
El objetivo es frenar el consumo y reducir la presión sobre los precios.
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