La ciudad de Miami, que se está convirtiendo en un núcleo financiero de Estados Unidos gracias a su clima subtropical y la ausencia de impuestos sobre la renta, apunta ahora a atraer a los "techies" de Silicon Valley y Nueva York.
Goldman Sachs y otras firmas financieras ya han puesto el pie en el sur de Florida. La última fue la neoyorquina Blackstone, que alquiló la semana pasada edificio para una unidad tecnológica.
Ahora se están sumando los "techies" -inversores, diseñadores e ingenieros-, atraídos por un ecosistema tecnológico naciente, la cercanía de sus pares, y la pandemia.
El último en anunciar su arribo esta semana fue el cofundador de PayPal Bill Harris, quien en su perfil de LinkedIn dijo estar construyendo "una nueva FinTech (empresa financiera tecnológica) en Miami".
Uno de los responsables de esta tendencia es el alcalde de Miami, Francis Suárez, quien se volvió una estrella de la tuitósfera "tech".
Su popularidad se cimentó cuando Delian Asparouhov, director de la firma de "venture capital" Founders Fund, tuiteó "¿Y si mudamos Silicon Valley a Miami?" a principios de diciembre y el alcalde respondió "¿Cómo puedo ayudar?".
El tuit se viralizó y atrajo 15.000 nuevos seguidores para Suárez, entre ellos el fundador de Twitter, Jack Dorsey.
La idea "es que la gente quiera venir a educarse aquí, se quiera quedar y trabajar aquí, comenzar su negocio, criar a sus hijos", explicó a la AFP el alcalde cubanoamericano, quien lleva semanas entrevistándose con inversores y técnicos para convertir a Miami en un núcleo tecnológico.
En su último "cafecito talk", como llama Suárez a estas reuniones, el alcalde charló con los hermanos Cameron y Tyler Winklevoss, cofundadores de Facebook, sobre la posibilidad de instalar en Miami una sede de su firma de criptomonedas Gemini.
También alborotaron las redes sociales las mudanzas en diciembre de los inversores de unicornios Keith Rabois, quien comenzó su carrera con Paypal, LinkedIn y Square; y Lucy Guo, de Backend Capital y cofundadora de la plataforma de inteligencia artificial Scale AI.
"Es una ola. Todos los días alguien se muda a Miami y suele anunciar su llegada por Twitter", dijo a la AFP Matt Haggman, vicepresidente de la organización de desarrollo económico Beacon Council de Miami.
Tanto Suárez como Haggman insisten en que la atracción de la "ciudad mágica" no se limita a los bajos impuestos y el buen clima.
"Hemos estado construyendo silenciosamente durante los últimos 10 años la columna vertebral financiera y educativa que sostiene a empresarios y empresas", aseguró el alcalde.
La pandemia sumó otro factor: el buen clima facilita las interacciones al aire libre y las restricciones sanitarias son laxas.
"La tendencia ha estado sucediendo desde hace bastante tiempo, pero el covid la aceleró a lo grande", señaló Haggman, quien aclaró que aún es pronto para disponer de cifras.
Para Lucy Guo, fue simple: "Clima y amigos", dijo a la AFP. Además, quería mudarse a un lugar donde su gimnasio preferido -Barry's Bootcamp- estuviera operando a pesar de la pandemia.
"Eso redujo significativamente las opciones", contó la empresaria de 26 años. "Y vi que mucha gente se estaba mudando a Miami. Había una red preexistente. Decidí intentarlo y me enamoré inmediatamente".
Y Miami, agregó, "muy probablemente se convertirá en un nuevo epicentro para las startups".
Según Suárez, la idiosincrasia de los miamenses -donde más de la mitad de la población es hispana- conforma un perfecto hábitat para alojar a los recién llegados.
"Miami es una startup en sí misma. Nuestra gente sabe lo que significa luchar duro por lo que uno cree", dijo.
La cuestión, para los "techies" que ya estaban basados en Miami, es si estos nómadas digitales actuarán como una especie exótica o se volverán endémicos.
¿Podrán convivir con el reggaetón a todo volumen en las playas? ¿Se habituarán al snack de croquetas con cafecito? ¿O causarán un aumento en el costo de la vivienda dejando poco a cambio?
Unas 245 personas que llevan años creando un ecosistema tecnológico en Miami firmaron un manifiesto donde acogen a los recién llegados, pero les piden que se adapten a los principios de inclusión, multiculturalismo y miltilingüismo de la ciudad.
Rosa Jiménez Cano, experta en tecnología y cofirmante del "#MiamiTech manifesto", señaló que "quizá falten planes concretos para acoger a los nuevos, o incentivos para conseguir que se cree un 'tech district' como es SOMA en San Francisco o Silicon Alley en Nueva York".
"Pero es una gran oportunidad para crear algo que no existía, pero sí se intuye y desea".
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