Washington. Confiados en salir victoriosos de las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, los republicanos preparan sus prioridades legislativas para el nuevo Congreso, que incluyen ajustes de cuentas con los demócratas.
El partido del expresidente Donald Trump tuvo que contemplar, impotente y desde las bancas de la oposición, defenderse durante años de investigaciones penales y parlamentarias.
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Pero los republicanos esperan retomar el control de la Cámara de Representantes en noviembre, y planean vengarse de los enemigos de Trump en el Congreso, la Casa Blanca y la fuerza pública con sus propias investigaciones.
Uno de los principales blancos podría ser el propio Joe Biden, de acuerdo con la congresista republicana Nancy Mace, quien confirmó que existen voces que militan por iniciar un proceso de destitución del presidente en el 2023.
“Creo que hay presiones sobre los republicanos para que lo llevan a cabo y lo voten”, dijo a la cadena NBC en setiembre. “Creo que eso es lo que algunos están considerando”.
La prioridad del Comité de Investigación de la Cámara de Representantes sin embargo consistirá en intensificar el escrutinio al hijo del presidente, Hunter Biden, cuyos negocios ya son investigados por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por su sigla en inglés).
La batalla por los 100 escaños del Senado, actualmente dividido en partes iguales, es descrita como un “tiro al aire” por el líder republicano Mitch McConnell.
Pero una ganancia de tan solo seis asientos entregaría al “Grand Old Party”, como se conoce a los republicanos, el control de la Cámara, allanando el camino para dos años de intenso enfrentamiento con la administración Biden.
‘500 solicitudes’
Los líderes del partido se niegan, hasta ahora, a respaldar públicamente el proceso de destitución. Pero prometieron “realizar una rigurosa supervisión para frenar los abusos de poder y la corrupción gubernamental”, entre otras prioridades políticas reveladas en las últimas semanas de la campaña.
“Los republicanos en la Cámara han puesto sobre aviso a la administración de Biden con más de 500 solicitudes de información y documentos”, según su comunicado.
Varios congresistas republicanos y figuras de la administración Trump desafiaron las citaciones a comparecer en investigaciones lideradas por los demócratas, incluyendo la del asalto al Capitolio del 2021.
Pero eso no les impidió que prometieran obligar a comparecer a los demócratas sobre sus tomas de decisiones.
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Entre las investigaciones previstas se encuentran el manejo por la Casa Blanca del retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán, la inmigración ilegal en la frontera mexicana y los orígenes del coronavirus.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, a cargo de la inmigración, es uno de los principales objetivos del partido opositor.
También prometió investigar a Anthony Fauci, quien fuera el principal asesor médico de Joe Biden sobre las vacunas contra la covid-19, las mascarillas obligatorias y otros temas de salud relacionados con la pandemia.
“El Dr. Fauci fue advertido por los principales científicos desde un inicio de que el virus parecía genéticamente manipulado y probablemente filtrado desde un laboratorio de Wuhan”, aseguró en un comunicado el republicano James Comer, que espera dirigir el comité de investigación el año próximo.
“Pese a estos hechos, el Dr. Fauci descartó esas ideas en público como teorías de la conspiración”.
La versión de Comer es rechazada por la Universidad Johns Hopkins, según la cual investigaciones recientes que confirman el origen de la pandemia en un mercado de mariscos chino serían “el tiro de gracia para cualquier teoría alternativa”.
‘Hipocresía´
Otro objetivo de los republicanos podría ser el allanamiento realizado por el FBI a la casa de Trump en Florida, para recuperar documentos clasificados e ilegalmente retenidos por el expresidente.
“Fiscal general (Merrick) Garland: conserve sus documentos y despeje su agenda”, tuiteó el día de la operación el líder republicano de la Cámara, Kevin McCarthy, al acusar a los demócratas de “instrumentalizar” el Departamento de Justicia.
Medios estadounidenses advirtieron que los republicanos también planean vengarse de quienes llevaron la investigación del asalto al Capitolio, que descubrió un mar de evidencias sobre el papel de Trump en la revuelta.
También revisarán la investigación del consejero especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en la elección estadounidense del 2016, que reveló una extensa red de contactos entre la campaña de Trump y agentes de Moscú.
Las noticias sobre las investigaciones por venir provocaron una fuerte respuesta de los demócratas, que consideran el escrutinio a Hunter Biden como una “obsesión” de los republicanos.
“A diferencia del expresidente Trump y su familia, quienes usaron sus altos puestos en la Casa Blanca para promover sus propios intereses financieros -y a quienes los republicanos han defendido ciegamente-, Hunter Biden es un ciudadano privado que no es miembro de la administración”, dijo un asesor presidencial a The Washington Post.
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