Los abogados de una mujer estadounidense que será ejecutada la próxima semana enviaron este martes una petición en su nombre al presidente Donald Trump para obtener el indulto, argumentando que fue violada en grupo cuando era niña y sufre de trastornos mentales.
Lisa Montgomery, condenada a muerte por haber matado a una mujer embarazada para robarle su feto, podría convertirse en la primera mujer ejecutada por la justicia federal desde 1953.
Sin negar la gravedad de los hechos, sus familiares y sus abogados solicitaron al presidente saliente que conmute su condena por cadena perpetua. Esto "enviaría un mensaje importante (...) sobre la necesidad de acudir en ayuda de las víctimas de violencia doméstica y abuso sexual", fundamentaron en su solicitud.
Según ellos, "su vida estuvo llena de terror inconcebible": fue víctima adolescente de violaciones colectivas cometidas por su padrastro y amigos suyos, luego "vendida" a otros hombres por su madre alcohólica y violenta. Casada a los 18 años con su medio hermano, habría sufrido más abusos.
El gobierno republicano reanudó las ejecuciones federales en julio pasado, después de una pausa de 17 años, y las ha estado cumpliendo a un ritmo constante desde entonces.
Al considerar que el crimen de Montgomery era "particularmente atroz", la justicia fijó el 12 de enero la fecha de su ejecución, ocho días antes de que Trump deba abandonar la Casa Blanca para cederla al demócrata Joe Biden.
En 2004, Montgomery quería tener un hijo con su nuevo marido, pero no pudo, ya que se había sometido a una ligadura de las trompas unos años antes.
Luego conoció a una mujer embarazada de ocho meses en una sala de chat y fue a su casa en Misuri con el pretexto de comprarle un perro. En cambio, la estranguló antes de cortarle su útero y la dejó envuelta en un baño de sangre.
Logró fugarse entonces con la niña, que sobrevivió, pero sin embargo fue arrestada al día siguiente.