Cientos de miles de seguidores del líder chiita Moqtada Sadr se movilizaron este viernes en Bagdad para una oración colectiva con el objetivo presionar a sus adversarios y acelerar la formación de un gobierno.
Desde las elecciones legislativas de octubre de 2021, 42 millones de iraquíes hastiados por la crisis económica y social esperan saber quién será su primer ministro.
Tras la invasión de Estados Unidos en 2003 que derrocó a Sadam Husein, un distrito de la capital fue bautizado como Sadr, en honor al padre del clérigo, Mohamad Sadr, asesinado durante la dictadura.
Además de su autoridad religiosa, Sadr tiene una importante influencia política en Irak. Su bloque parlamentario sumó 73 escaños en las elecciones de octubre de 2021 y es el mayor grupo en el Congreso.
Pero desde la elección, las conversaciones para formar gobierno se han estancado y el país permanece sumido en una crisis política.
Las plegarias del viernes son organizadas como un tributo al líder religioso asesinado en 1999.
Bajo un calor abrasador, una multitud se congregó en la avenida Al Falah, bajo una fuerte presencia policial, constató un periodista de la AFP. Los fieles portaron sus tapices para rezar mientras agitaban con la otra mano banderas iraquíes.
"Obedecemos a Moqtada Sadr, como obedecemos a Dios y al profeta", dijo a la AFP el jeque Kadhim Hafez Mohamed al Ta, según un sermón escrito por Moqtada Sadr.
La crisis política se agudizó el 12 de junio cuando Sadr pidió la dimisión de su grupo, un gesto interpretado como una estrategia para presionar a facciones rivales.
Sin embargo, un mes después, la situación sigue empantanada.
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