Jerusalén. Bombardeos isralíes en Gaza, ciudades atrincheradas tras los disturbios entre judíos y árabes y violentos enfrentamientos en Cisjordania ocupada: Israel combate en diferentes frentes en este nuevo conflicto que ha dejado más de 130 muertos en cuatro días, en su mayoría palestinos.
Pese a los llamados internacionales a favor de una desescalada, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu advirtió que su Ejército infligirá “serios reveses” al movimiento “terrorista” Hamás, que controla el enclave de Gaza. “Lo están pagando y van a continuar pagando caro. Todavía no ha acabado”, dijo.
En Cisjordania, territorio ocupado por Israel desde hace 50 años, los violentos disturbios han dejado 11 palestinos muertos, la mayoría por munición real disparada por soldados israelíes, y más de 150 heridos, según las autoridades palestinas.
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“No habíamos visto enfrentamientos y manifestaciones (de este calibre) desde la segunda Intifada”, el alzamiento palestino del 2000 al 2005, declaró un responsable palestino.
“Sería una vergüenza no hacer nada cuando vemos lo que ocurre en Gaza, si nuestros dirigentes no hacen nada, nosotros tenemos que hacer algo”, declaró con su kufiyya —pañuelo— colocado a modo de turbante, Ouday Hasan, un manifestante de 21 años, en Al Bireh, cerca de Ramalá.
‘Estruendo enorme’
Israel mantiene la presión sobre Gaza y este viernes volvió a bombardear y a atacar con fuego de artillería el enclave palestino, donde la escalada militar que empezó el lunes con los islamistas de Hamás, en el poder, ha causado más de 122 muertos.
Los bombardeos y las columnas de humo, visibles a kilómetros a la redonda, han reducido edificios de viviendas a las ruinas en el pequeño territorio palestino donde se hacinan dos millones de palestinos.
“Tengo más miedo hoy que durante otros periodos de escaladas, el estruendo de los misiles israelíes es muy fuerte, terrible, loco”, dice Dima Talal, una adolescente de 17 años, en Gaza.
Ante estos disparos de artillería de los tanques israelíes concentrados a lo largo de la frontera con el enclave, en torno a 10.000 habitantes del territorio han abandonado sus casas y se han refugiado en los edificios de la ONU, según el coordinador de la organización.
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Entre los objetivos del Ejército israelí figuran la red de túneles subterráneos que permiten a los combatientes y dirigentes de Hamás desplazarse, así como una “brigada terrorista” responsable de los disparos de cohetes.
Hamás y otros grupos palestinos en Gaza han seguido disparando cohetes contra Israel. En la noche, las sirenas ululaban en varias localidades del sur, como Beerseva, limítrofes con el enclave.
Según el Ejército, el escudo antimisiles “Cúpula de hierro” ha interceptado en torno al 90% de los 2.000 proyectiles disparados desde el lunes contra suelo israelí.
‘Tenemos miedo’
Desde el lunes, el conflicto ha provocado 126 muertos palestinos, entre ellos 31 menores, y 950 heridos en la franja de Gaza, según el último parte palestino.
En Israel, nueve personas han perdido la vida, entre ellos un menor, y más de 560 han resultado heridas.
“Todos los niños están asustados y sentimos miedo por ellos”, declaró Kamal Al Haddad, un gazatí de 53 años que huyó junto a su familia para refugiarse en un edificio gestionado por la ONU.
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El nuevo conflicto estalló tras el lanzamiento desde Gaza de una andanada de cohetes contra Israel en “solidaridad” con los más de 700 palestinos heridos en los disturbios con la Policía israelí en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este, sector palestino ocupado por Israel desde 1967.
Los disturbios en la explanada, tercer lugar santo del islam, fueron la culminación de fuertes tensiones y enfrentamientos en Jerusalén Este, debido, sobre todo, a la amenaza de expulsión de familias palestinas a favor de colonos judíos en un barrio de la Ciudad Santa.
Emisario estadounidense en Israel
Israel combate asimismo en otro frente: el recrudecimiento de los disturbios desde el martes entre árabes y judíos en varias ciudades mixtas del país. Cerca de 1.000 policías han sido enviados para reforzar la seguridad y más de 450 personas, judíos y árabes, han sido detenidos, de ellos, 52 este viernes.
Los revoltosos árabes israelíes “son una minoría significativa que socava los lazos tejidos entre judíos y árabes”, comentó Netanyahu, al anunciar el despliegue de nuevas fuerzas. Los árabes israelíes son los palestinos que permanecieron en su tierra tras la creación de Israel en 1948.
En la frontera israelo-libanesa, soldados israelíes dispararon contra manifestantes libaneses que lograron penetrar brevemente a territorio israelí. Un miembro del Hezbolá que participaba en la manifestación fue muerto a tiros.
En la noche, se dispararon tres cohetes desde Siria, otro vecino de Israel, sin que causaran daños.
El emisario estadounidense, encargado de las relaciones israelo-palestinas, Hady Amr, llegó a Israel, según la embajada de Estados Unidos.