Jerusalén. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, prometió este martes incrementar las represalias contra la franja de Gaza ante la lluvia de cohetes lanzados desde ese enclave palestino, en una escalada militar que ya causó al menos 30 muertos, 28 de ellos palestinos y dos israelíes.
La comunidad internacional pidió calma y los países musulmanes expresaron su indignación por lo que es el peor estallido de violencia en años entre el movimiento islamista en el poder en la franja de Gaza e Israel, desencadenado por enfrentamientos entre policías israelíes y manifestantes palestinos en Jerusalén Este.
Del lado palestino, los ataques israelíes llevados a cabo con aviones y helicópteros dejan al menos 28 muertos, incluidos diez niños, y unos 125 heridos, según el Ministerio de Salud de Gaza. La Yihad Islámica, segundo grupo armado en Gaza, indicó que dos de sus líderes están entre los muertos.
En el lado israelí, los cohetes disparados por Hamás contra las ciudades de Asdod y Ascalón, ubicadas al norte de la franja de Gaza, cobraron la vida de dos mujeres israelíes, dijo Netanyahu.
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“Desde ayer (lunes) el Ejército llevó a cabo centenares de ataques contra Hamás y la Yihad Islámica en Gaza (...) y vamos a intensificar aún más la fuerza de nuestros ataques”, afirmó el jefe de gobierno, en un mensaje de vídeo, agregando que Hamás “iba a ser golpeado de una manera que no se espera”.
Infierno
El ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, autorizó una solicitud del Eejército para movilizar a 5.000 reservistas, pero por ahora no está claro si esa decisión será aplicada.
Las sirenas continuaron sonando este martes por la tarde en las comunidades israelíes adyacentes a Gaza.
El brazo armado de Hamás juró que convertiría la ciudad israelí de Ascalón en “un infierno” si los ataques israelíes dejaban víctimas civiles en Gaza.
Hamás había amenazado el lunes por la tarde a Israel con una nueva escalada militar si sus fuerzas no se retiraban de la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este -tercer santuario del Islam-- donde los enfrentamientos diarios entre palestinos y la policía israelí han causado cientos de heridos desde el viernes.
Silencio de la ONU
Los ataques israelíes contra Gaza son los más importantes desde noviembre del 2019. En ese momento, Israel había dirigido el asesinato selectivo de un alto comandante de la Yihad Islámica, Baha Abu al Ata, responsable de numerosos ataques contra territorio israelí.
Después de la muerte de su comandante, la Yihad Islámica lanzó unos 500 cohetes contra Israel, que bombardeó las posiciones de ese movimiento tratando, sin embargo, de evitar las de Hamás, para no comprometer una tregua con ese movimiento.
Sin embargo, una fuente de Hamás anunció el lunes por la noche que Muhamad Fayad, un comandante de su brazo militar, murió en Beit Hanun, en el norte de Gaza, poco después del inicio de los ataques israelíes.
La comunidad internacional ha expresado su creciente preocupación, mientras que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no ha logrado ponerse de acuerdo sobre una declaración común, ya que Estados Unidos —aliado histórico de Israel— considera que “por ahora no es oportuno lanzar un mensaje público”.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, declaró que “todas las partes deben bajar las tensiones y tomar medidas prácticas para calmar la situación”.
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La ONU dijo el martes estar “profundamente preocupada” y condenó “cualquier incitación a la violencia”. Francia insta a Israel a utilizar una fuerza “proporcional” en Jerusalén Este.
Fuentes diplomáticas afirmaron a la AFP que las Naciones Unidas, con la ayuda de Catar y Egipto, han iniciado una mediación con las partes “interesadas” con el fin de lograr una distensión.
Los ataques israelíes provocaron este martes manifestaciones de protesta en Jordania, Sudáfrica y Túnez y otros países.
La franja de Gaza, enclave empobrecido de dos millones de habitantes, está sometida a un bloqueo israelí desde la toma del poder de Hamás en el 2007. Desde entonces, Hamás e Israel se han enfrentado en tres guerras (2008, 2012, 2014).
El martes a mitad del día, después de los enfrentamientos que causaron más de 500 heridos en la Explanada de las Mezquitas, parecía que se había restablecido una calma precaria en la Ciudad Vieja de Jerusalén y sus alrededores, constataron periodistas de la AFP.