Nueva Delhi. India anunció este jueves un récord de casi 4.000 muertes por la covid-19 y 412.000 nuevas infecciones en 24 horas, al tiempo que las autoridades advirtieron que hay que prepararse para “nuevas olas”.
Las cifras del Ministerio de Sanidad indican que en las últimas 24 horas se registraron 3.980 decesos y 412.262 casos diarios, lo que eleva el total a 230.168 fallecidos y 21,1 millones de infecciones en ese país desde que comenzó la pandemia.
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Sin embargo, algunos expertos consideran que estas cifras están muy subestimadas por las autoridades locales.
El nuevo récord se produce tras varios días de descenso en el número de casos, que había alimentado las esperanzas de retroceso del brote que empezó a finales de marzo.
Tras alcanzar un máximo de 402.000 infecciones diarias el pasado viernes, la cifra descendió ligeramente a 357.000 y luego volvió a subir este martes.
Según los especialistas, lo peor está por llegar para este país de 1.300 millones de habitantes, con un pico epidémico que podría alcanzarse hasta dentro de varias semanas.
‘Tercer episodio inevitable’
K. Vijay Raghavan, el principal asesor científico del gobierno indio, advirtió el miércoles que un “tercer episodio es inevitable dados los altos niveles” de infección actuales.
“Pero no está claro cuándo se producirá este tercer episodio. Tenemos que prepararnos para nuevas olas”, manifestó en una conferencia de prensa.
Sin embargo, el gobierno del primer ministro Narendra Modi se niega a ordenar un confinamiento generalizado. Varias regiones, incluida la capital Nueva Delhi, y los estados de Bihar y Maharashtra sí se han confinado.
Otros estados como Bengala Occidental y Karnataka también registraron un fuerte aumento de contagios, al igual que Kerala, cuyo primer ministro, Pinarayi Vijayan, anunció este jueves un confinamiento de una semana.
La gestión de la crisis sanitaria por parte del gobierno está suscitando cada vez más críticas, incluso en los tribunales, debido a la dramática situación que vive el sector sanitario, que es antiguo y, además, carece de financiación.
Los pacientes con problemas respiratorios están muriendo a las puertas de hospitales abarrotados, donde falta oxígeno y suministros médicos esenciales para el tratamiento adecuado de los pacientes.
Once personas murieron en un hospital cerca de la ciudad de Madrás por una caída de presión en las canalizaciones de oxígeno, informó el diario Times of India este jueves.
“Los ingresos se suspenden indefinidamente” debido a la falta de suministros de oxígeno, tuiteó Devlina Chakravarty, directora ejecutiva del hospital Artemis de Gurgaon, cerca de Nueva Delhi.
Políticos en ‘torres de marfil’
El gobierno de Delhi afirmó que necesita 700 toneladas de oxígeno al día para sus hospitales, sin embargo, el Tribunal Supremo conoció este miércoles que apenas se despliegan 585 toneladas.
Finalmente, ante la amenaza de un procedimiento por desacato, los abogados del Gobierno Central argumentaron que la ciudad solo necesitaba 415 toneladas.
El tribunal dio al gobierno hasta este jueves para presentar un plan de envío de suministros adicionales.
El Tribunal Superior de Delhi acusó a los políticos y funcionarios del gobierno de “vivir en torres de marfil”.
Por su parte, el Tribunal Superior de Allahabad, en el estado de Uttar Pradesh, mencionó que dejar morir a tanta gente era “un acto criminal y nada menos que un genocidio”.
Los hospitales de Calcuta, Bangalore y otras grandes ciudades indias también sufren una grave escasez.
Frente a la indignación creciente, el Banco Central anunció este miércoles $6.700 millones en préstamos blandos para los fabricantes de oxígeno, vacunas y medicamentos, así como para los hospitales.
En los últimos diez días, llegaron envíos de ayuda médica de emergencia, como generadores de oxígeno y respiradores, procedentes de Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa, entre otros.
A pesar del apoyo internacional, India necesitará más oxígeno para hacer frente a la afluencia de pacientes hasta que la situación se estabilice, expresó este lunes otro funcionario del gobierno, que pidió a la comunidad internacional que siga ayudando al país.
“No teníamos ni tenemos suficiente oxígeno”, admitió el funcionario que no quiso identificarse. “Si tuviéramos más oxígeno, se salvarían más vidas”, expresó.