Washington. Los gobiernos de Occidente se están movilizando a sus fabricantes de armas para aumentar la producción y reponer los inventarios, cuyos suministros a Ucrania se redujeron tras seis meses de batallar contra la invasión rusa.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, anunció esta semana una reunión de directores nacionales de armamento de países aliados, para hacer planes a largo plazo que permitan proveer a Ucrania y reponer su propia reserva de armas.
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“Conversarán sobre cómo nuestras bases industriales de defensa pueden equipar mejor a las fuerzas de Ucrania en el futuro, con las capacidades que necesitan”, dijo en una reunión, en la Base de la Fuerza Aérea Ramstein en Alemania, del Grupo de Contacto para Ucrania, en el que 50 países actualmente respaldan los esfuerzos en medio de la guerra.
El viernes, el jefe de adquisición de armas del Pentágono, Bill LaPlante, informó que la reunión será el próximo 28 de setiembre en Bruselas.
La meta es determinar “cómo podemos continuar trabajando juntos para aumentar la producción de capacidades clave y resolver los problemas de la cadena de suministros, así como incrementar la interoperatividad e intercambiabilidad de nuestros sistemas”, explicó LaPlante a los reporteros en el Pentágono.
Miles de millones más por armas
Los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no tienen todos los mismos sistemas armamentísticos, pero sus armas son compatibles. Así, la fabricación de munición en un país en la alianza del Atlántico puede ser usada por otro.
Al comienzo de la guerra, el Ejército ucraniano usaba la mayoría de armas y municiones compatibles con los estándares rusos. Sin embargo, en cuestión de pocos meses se agotaron -especialmente en sistemas cruciales de misiles y artillería- y ha crecido hasta depender de los estándares de la OTAN y países occidentales aliados.
Sin embargo, esa maniobra ya agotó una gran cantidad de munición que los aliados guardaban para su propia defensa. Ahora, reponer esos suministras es crucial.
En julio, la Unión Europea (UE) anunció 500 millones de euros para compras conjuntas por los próximos dos años para reponer las armas entregadas a Kiev. La prioridad es sobre todo los sistemas de misiles antiaéreos y antiblindaje, así como piezas y munición de artillería de 155 mm.
Países de la UE “han agotado sus propios inventarios de munición, de artillería liviana y pesada, de sistemas antitanques y antiaéreos e incluso vehículos artillados y tanques”, indicó en su momento Thierry Breton, comisionado europeo.
“Esto ha creado una vulnerabilidad de facto que ahora necesita abordarse urgentemente”, advirtió.
Estados Unidos, el principal proveedor de defensa para Ucrania desde que comenzó la guerra, prometió $15.200 millones en armamento, incluyendo misiles antitanque Javelin y artillería y munición compatible con las armas de OTAN.
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Impulsar la producción
El Pentágono proporcionó unos 800.000 proyectiles de artillería de 155mm a Ucrania, mientras Estados Unidos solo cuenta con una fábrica que los ensambla, la planta General Dynamics en Scranton, Pensilvania, que produce unos 14.000 proyectiles por mes.
“Tenemos planes...de llegar a eso en incrementos finales de más de 36.000 mensuales en unos tres años”, anticipó LaPlante.
Sin embargo eso llevaría la producción anual a la mitad de lo que Washington les ha dado a los ucranianos en menos de seis meses. El Pentágono quiere que el aumento de los aliados de su propia producción se coordine para ayudar a reponer los inventarios.
Para hacerlo, el Ejército estadounidense recientemente anunció una avalancha de contratos con fabricantes de armas dentro y fuera de Estados Unidos.
Esta estrategia incluye $364 millones para proyectiles de artillería de 155mm de múltiples fabricantes, $624 millones por misiles antiaéreos Stinger, $324 millones por misiles antitanque Javelin y muchos millones más para otros sistemas, municiones y suministros de defensa.
Dave Butler, portavoz del Estado Mayor Conjunto del Pentágono, dijo que la decisión está guiada, pero no determinada específicamente, por las capacidades de fabricación estadounidense.
“Las necesidades de Ucrania de tener un arma determinada es el factor principal”, añadió.