Lisboa. Casi la mitad de los diez millones de portugueses estarán otra vez sometidos a un toque de queda nocturno a partir de este viernes para frenar un rebrote de covid-19 causado por la variante delta, que ya es predominante.
La medida se aplica a los 45 municipios más afectados por los contagios, situados sobre todo en las regiones de Lisboa y del Algarve, además de ciudades del norte como Oporto o Braga.
En total, cerca de cuatro millones de personas se ven afectadas por este retroceso del desconfinamiento gradual, que Portugal inició a mediados de marzo tras una situación sanitaria crítica a principios de año.
“La situación no es comparable con los momentos más difíciles vividos por el país desde hace año y medio, pero se ha agravado”, indicó la vocera del gobierno, Mariana Vieira da Silva, al anunciar el jueves las nuevas restricciones sanitarias.
En los municipios de riesgo “elevado” o “muy elevado”, restaurantes, cafés, comercios o espacios culturales deben volver a reducir sus horarios y su aforo.
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Los desplazamientos entre la región de Lisboa y el resto están prohibidos durante el fin de semana desde hace dos semanas para frenar la propagación de la variante delta, identificada inicialmente en India.
Las autoridades están aumentando a su vez los test de diagnóstico y aceleran la campaña de vacunación contra la covid-19.
Centros de detección
El viernes por la mañana, decenas de personas hacían cola durante horas para someterse a un test de antígenos gratuito en un centro instalado por la Cruz Roja frente a una de las principales estaciones de tren de Lisboa.
“Volver al toque de queda está bien, pero creo que el gobierno no explica suficientemente las cosas. Primero dice que todo va bien y, luego, que viene una nueva ola”, dice Paulo Silva, un comercial de 54 años, que se somete a la prueba para viajar fuera de la región de Lisboa.
Jasmine Bennour, una turista suiza que llegó a primera hora al centro, se mostraba descontenta: “Aquí es muy complicado hacer un test, tenemos poca información y las farmacias están abarrotadas”.
Catarina Melo, responsable del centro móvil, lo reconoce: “Solo podremos hacer pruebas a 80 personas en el plazo de tres horas que pasaremos aquí, y ya estamos rechazando a algunas personas que están al final de la fila, es algo realmente difícil”.
Más de 2.000 nuevos casos diarios
Por primera vez desde mediados de febrero, Portugal superó esta semana los 2.000 nuevos casos diarios, cuando hace pocas semanas esta cifra se situaba en torno a 500.
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El gobierno socialista de António Costa ha sido criticado por ser el único país de la Unión Europea (UE) en acoger a turistas británicos durante tres semanas a partir de mediados de mayo, cuando la variante delta, más contagiosa, circulaba ya de forma clara en el Reino Unido.
“Es una repetición de lo que pasó entre diciembre y enero con la variante Alfa. No nos centramos en el control de las fronteras ya que Portugal depende en gran medida del turismo y, al final, estamos pagando la factura”, comentó el presidente de la Asociación Nacional de Médicos de Salud Pública, Ricardo Mexia.
El número de enfermos de covid-19 hospitalizados se ha duplicado desde fines de mayo y supera el medio millar de pacientes, aunque la cifra está muy por debajo de los casi 7.000 alcanzados este invierno boreal.
Las autoridades portuguesas aumentaron recientemente el ritmo de la vacunación. De momento, un tercio de los habitantes ya tiene la pauta completa.