Kiev. Las fuerzas rusas que controlan la central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, mataron a dos miembros del personal y torturaron y acosaron a decenas, denunció el viernes el presidente de Energoatom, la agencia de control del sector nuclear ucraniano.
“Un régimen de acoso policial del personal se fue estableciendo” desde el inicio de la ocupación, denunció el funcionario, Petro Kotin. La situación, según Kotin, es actualmente “muy difícil” y hay casos de “torturas, golpes y secuestros”.
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Dos personas fueron “golpeadas a muerte” por las fuerzas rusas, unos 200 miembros del personal fueron detenidos y varios se hallan desaparecidos, indicó. “Desconocemos el destino de una decena de personas, pues se los llevaron y desde entonces no tenemos ninguna información sobre ellos”, declaró.
“Los rusos buscan a los proucranianos en el lugar y los persiguen. La gente está quebrada psicológicamente”, explicó Kotin en Kiev.
La central de Zaporiyia, la mayor de Europa, y la región aledaña, en el sur de Ucrania, sufren bombardeos regulares de los que Kiev y Moscú se acusan mutuamente.
“Dos personas, un hombre y una mujer, resultaron heridas durante los bombardeos de la planta”, dijo Kotin, vestido con una chamarra de estilo militar. El personal de la planta trató de encontrar corredores seguros para evacuar a sus familiares ante los ataques constantes, reveló.
“Pero el personal entiende que la seguridad nuclear de la planta depende de ellos, así que regresan a Energodar (la ciudad donde está la central) y siguen trabajando en la instalación”, aseguró.
Zona desmilitarizada
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) envió la semana pasada una misión de 14 personas para inspeccionar la planta.
En su informe, la agencia de Naciones Unidas (ONU) pidió “el establecimiento inmediato de una zona de protección de la seguridad nuclear” alrededor de la central, que se enfrenta a una situación “insostenible”. Pero para Kotin, existe demasiado espacio para la interpretación.
“Si se trata de la desmilitarización de la central nuclear, la apoyamos plenamente. Si se trata de (...) crear algunas zonas de seguridad con el control conjunto de los rusos, entonces será una decisión inaceptable para nosotros”, insistió.
“Insistiremos en la creación de una zona desmilitarizada alrededor de la planta, incluso a través de la participación de grupos de mantenimiento de la paz”, agregó. Ucrania respaldó el miércoles el envío de cascos azules de la ONU a la central.
Kotin recordó que Ucrania pide que las fuerzas rusas retiren el equipamiento militar de la planta y que los empleados de la agencia nuclear rusa Rosatom abandonen la zona. La comunidad internacional “tiene que presionar mucho a Rusia para que cumpla las condiciones que han puesto las autoridades ucranianas y el OIEA”, indicó.
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Kotin también destacó todas las líneas eléctricas conectadas a la central que fueron cortadas como consecuencia de los bombardeos y que el único reactor que sigue funcionando “lo hace a un nivel de potencia muy bajo”.
Si no se restablecen estas líneas, la central solo podrá depender de los motores diésel “para enfriar el material nuclear”, explicó.
El corte de electricidad compromete “la seguridad de las operaciones” de la planta, coincidió en Twitter el director general del OIEA, Rafael Grossi.