Dos semanas después de reabrir, bares, restaurantes, locales culturales y de ocio tendrán que cerrar en Londres y partes del sureste de Inglaterra que el miércoles pasarán al nivel máximo de alerta contra el coronavirus debido al fuerte aumento en los contagios.
"Sé que es una noticia difícil (...) y que para los negocios afectados será un revés considerable" pero "esta acción es absolutamente esencial", afirmó el lunes el ministro de Sanidad, Matt Hancock, ante el parlamento, precisando que el número de infectados se están duplicado cada siete días en algunas de esas zonas.
"Sabemos que esta duplicación de casos se reflejará en las admisiones hospitalarias y sólo se necesitan unas pocas duplicaciones para que el sistema público de salud se vea superado", agregó.
El paso al tercer nivel de alerta significa el cierre de hoteles, bares y restaurantes -que sólo podrán vender comida para llevar-, locales culturales como cines, teatros y museos y centros de ocio como las boleras.
Todo el que pueda está llamado a trabajar desde casa y se deben evitar los viajes no esenciales.
"Estas restricciones entrarán en vigor en la madrugada del miércoles", anunció Hancock.
El ministro explicó que se ha detectado "una variante" del virus en el sur de Inglaterra que "estaría propagándose más rápido" que las anteriores.
"Nada sugiere que esta variante tenga más probabilidades de causar síntomas graves", subrayó y precisó que el Reino Unido ha notificado de ella a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Y llamó a respetar las restricciones "hasta que podamos vacunas a suficientes personas vulnerables".
Uno de los países más afectados de Europa, con más de 64.000 muertes, el Reino Unido es el primer país occidental que inició una campaña de vacunación, tras ser el primero del mundo en aprobar la vacuna desarrollada por Pfizer/BioNTech. Las autoridades esperan haber vacunado a los grupos de mayor riesgo en abril.
Toda Inglaterra salió el 2 de diciembre de cuatro semanas de confinamiento, el segundo tras el de marzo-junio, y el país entró en un sistema reforzado de restricciones locales en función del nivel de contagios.
Mientras gran parte del norte pasó inmediatamente al máximo nivel, Londres y el sureste habían quedado en el nivel 2 de una escala de 3.
Las medidas contra la propagación del covid-19 incluyen también una limitación de los contactos sociales: prohibición de encontrarse con personas con quien no se conviva, incluso en el exterior, salvo en parques o playas y nunca en grupos de más de seis, niños incluidos.
Escuelas, comercios y salones de belleza y peluquería podrán permanecer abiertos.
"Esto es una increíble decepción para nuestros negocios que ya han sufrido tanto este año", lamentó el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, tras haber advertido en los últimos días de que la imposición restricciones estrictas sería "catastrófico" para la hostelería y la restauración durante el período de Navidad.
Pero llamó a todos los londinenses a respetar las medidas para evitar un tercer confinamiento el próximo año: "sería lo peor para los negocios de Londres".
Por su parte, la City de Londres, su poderoso corazón financiero, llamó a "los políticos a revisar continuamente estas decisiones (...) para que la capital pueda volver al nivel 2".
Ante la propagación del virus en las escuelas secundarias, el gobierno lanzó la semana pasada una campaña masiva de pruebas para niños de 11 a 18 años en siete de los 32 distritos de Londres y partes de Essex y Kent.
Dos de los distritos de la capital, Greenwich e Islington, han optado por cerrar las escuelas.
En todo el país, las restricciones se relajarán durante cinco días en torno a la Navidad para permitir los viajes y que hasta tres hogares pasen las fiestas juntos.
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