Rusia e Irán se mostraron unidos este martes frente a Estados Unidos y los países europeos por las negociaciones en Viena para intentar salvar el acuerdo de 2015 sobre el programa nuclear de Teherán.
"Esperamos que sea posible preservar el Plan de Acción Integral Conjunto y que Washington regrese finalmente a la aplicación plena de la correspondiente resolución de la ONU", dijo a la prensa el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, acompañado por su homólogo iraní Mohammad Javad Zarif en Teherán.
Lavrov volvió a llamar a Estados Unidos a levantar las sanciones adoptadas contra Teherán desde su salida del acuerdo en 2018 bajo la presidencia de Donald Trump.
Lavrov criticó además las recientes sanciones de la Unión Europea (UE) a Irán, que a su entender socavan las negociaciones.
El lunes, la UE añadió a ocho funcionarios iraníes a su lista de sancionados por su participación en la represión a las protestas de 2019.
"En la UE no hay ninguna coordinación, la mano derecha no sabe lo que hace la izquierda. Es desafortunado", dijo Lavrov.
"Si esta decisión fue tomada de manera voluntaria en plena negociación en Viena para salvar (el acuerdo sobre el programa nuclear iraní), entonces es aún más desafortunado. Es un error que sería peor que un crimen", agregó.
En respuesta la decisión de la UE, que coordina las discusiones en Viena, Irán anunció el lunes que suspendía "todo diálogo sobre derechos humanos" y "cooperación" con el bloque.
De su lado, Zarif advirtió a Estados Unidos que no conseguiría ninguna ventaja en las discusiones sobre la cuestión nuclear iraní a través de "actos de sabotaje" o "sanciones".
"No tenemos ningún problema en volver a nuestros compromisos (...) pero los estadounidenses tienen que saber que ni las sanciones ni actos de sabotaje les darán un instrumento de negociación y que esas acciones solo complicarán más la situación para ellos", declaró Mohamad Javad Zarif.
Teherán acusó a Israel de haber saboteado el domingo una planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, en el centro de Irán, en momentos en que se llevan a cabo negociaciones en Viena para intentar salvar el acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní firmado en la capital austríaca en 2015.
"Pensaron que lo que hicieron en Natanz sería en desventaja de Irán... Les aseguro que en un futuro cercano Natanz va a pasar a centrifugadoras más perfeccionadas (...) Los israelíes (...) hicieron una muy mala apuesta", declaró Zarif.
"Si pensaban que podían frenar los esfuerzos de Irán para que se levantan las sanciones contra el pueblo iraní, hicieron una muy mala apuesta", agregó.
La Casa Blanca afirmó el lunes que "Estados Unidos no estuvo implicado de ninguna manera" en lo ocurrido en Natanz.
Las discusiones de Viena reúnen a Irán y las grandes potencias que permanecen en el acuerdo (Alemania, China, Francia, Reino Unido, Irán y Rusia), bajo los auspicios de la Unión Europea. Washington participa pero sin contacto directo con los iraníes.
Como represalia al restablecimiento de sanciones por parte de Estados Unidos al retirarse del acuerdo, Irán se ha alejado desde 2019 de la mayoría de los compromisos clave para limitar sus actividades nucleares que asumió en Viena.
Joe Biden, que sucedió a Trump en enero, señaló su intención de reincorporarse al acuerdo de Viena.
Irán siempre negó querer una bomba atómica, algo de lo que le acusa el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
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