Moscú. Rusia replicó este viernes a las nuevas sanciones estadounidenses con una batería de medidas y prohibiciones contra altos cargos del gobierno de Washington, que lo calificó de “escalada lamentable” y amenazó a Moscú con un enésimo contraataque.
Las dos potencias rivales dan una de cal y una de arena, anunciando sanciones y contrasanciones al tiempo que aseguran que quieren una “desescalada” de las tensiones y consideran abiertamente una cumbre entre Vladimir Putin y Joe Biden.
Este intercambio de medidas de castigo se produce en un momento en que las relaciones entre ambas potencias rivales no dejan de empeorar, ante las acusaciones por parte de Washington de injerencia rusa en las presidenciales estadounidenses y una situación cada vez más tensa en el este de Ucrania.
Washington anunció el jueves una nueva batería de sanciones a Rusia, que comportará la expulsión de diez diplomáticos rusos y la prohibición a los bancos estadounidenses de comprar deuda pública rusa a partir del 14 de junio.
La respuesta de Moscú no se hizo esperar y el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, anunció el viernes la expulsión de diez diplomáticos estadounidenses.
También se prohibirá la entrada a Rusia al responsable de la agencia federal de prisiones estadounidense y a dos ex altos cargos de la administración de Donald Trump: el exconsejero de Seguridad Nacional y el exdirector de la CIA.
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Además, Lavrov dijo que “recomienda” al embajador de Estados Unidos en Moscú, John Sullivan, que regrese a Washington para que realice “unas consultas serias y en profundidad”.
“No hemos recibido ninguna correspondencia diplomática oficial con los detalles de las decisiones del gobierno ruso contra diplomáticos de Estados Unidos en Rusia”, afirmó Sullivan en un comunicado transmitido el viernes por la noche.
El embajador ruso en Washington, Anatoli Antonov, ya había sido llamado a consultas a mediados de marzo, después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, calificara a Putin de “asesino”.
Moscú también anunció el viernes la expulsión de cinco diplomáticos polacos y dijo que mantenía en la reserva “algunas medidas dolorosas” para las empresas norteamericanas.
Llamada de desescalada
Aunque consideró “inaceptables” las sanciones estadounidenses, el Kremlin valoró de manera “positiva” la llamada de Biden a una “desescalada”.
“El presidente Putin habló [en primer lugar] de la necesidad de normalizar las relaciones y de una desescalada [...] así que es positivo que los puntos de vista de ambos jefes de Estado coincidan”, declaró el portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, quien sin embargo destacó que los dos países tienen multitud de desacuerdos.
Sin embargo, el viernes Washington denunció “una lamentable escalada” por parte del gobierno ruso.
“No es de nuestro interés entrar en un círculo de escaladas pero nos reservamos el derecho a responder a cualquier represalia de Rusia contra Estados Unidos”, dijo un portavoz del departamento de Estado.
Desde su llegada al poder, Biden ha prometido ser mucho más firme frente a Moscú que su predecesor Donald Trump, acusado de complacencia hacia Putin.
Pero en una conversación telefónica con Putin esta semana, el inquilino de la Casa Blanca propuso también a su homólogo ruso una cumbre “en un tercer país” y “en los próximos meses”. “Ha llegado el momento de la desescalada”, dijo Biden el jueves.
La idea de una reunión fue bien recibida en Moscú, aunque Peskov reivindicó que Putin había sido el primero en proponer un diálogo profundo.
Aludía a una invitación en marzo a un diálogo en línea, público y en directo después de que Biden calificara al presidente ruso de “asesino”. La oferta fue entonces ignorada por la Casa Blanca.
Finlandia se ofreció a albergar una eventual cumbre entre Biden y Putin, según anunció este viernes la presidencia finlandesa. El país nórdico ya organizó una cumbre entre Trump y Putin en 2018.
Sanciones y delirios
Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos se han degradado considerablemente desde 2014 cuando se produjo la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea.
Las sanciones de Washington anunciadas el jueves son una represalia al gigantesco ciberataque de 2020, formalmente imputado a Rusia, que utilizó como vector a SolarWinds, un editor estadounidense de programas informático, y que afectó a varias agencias federales estadounidenses.
Acusado directamente por Washington, el servicio de inteligencia exterior ruso calificó esas imputaciones de “delirios”.
Estas disensiones entre Rusia y Estados Unidos se producen además en medio de las crecientes tensiones ruso-ucranianas.
Ucrania acusa a Rusia de buscar una razón para invadir el país, y Rusia a Ucrania de preparar una ofensiva contra los separatistas prorrusos del Donbás (este ucraniano).
Los líderes de Ucrania, Alemania y Francia pidieron el viernes a Rusia que retire sus tropas de la frontera con Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, propuso la celebración de una cumbre con Rusia, Francia y Alemania, al término de una reunión con su homólogo francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel.