Minneapolis. Un joven cajero de una tienda de Minneapolis afirmó este miércoles, durante el juicio por el asesinato de George Floyd, que se arrepentía de haber aceptado el billete falso de $20 con el que pagó la víctima y que llevaría después a su arresto y posterior muerte.
"Si sencillamente no hubiera aceptado el billete, esto podría haberse evitado", lamentó Christopher Martin en el tercer día del mediático proceso contra Derek Chauvin.
El exagente de la Policía de Minneapolis, de 45 años, está acusado de asesinato y homicidio involuntario por su intervención en la muerte de Floyd, el 25 de mayo del 2020, que fue filmada en video y provocó manifestaciones contra el racismo en todo el mundo.
Las imágenes mostraron a Chauvin, quien es blanco, arrodillado sobre el cuello de Floyd, un afroestadounidense de 46 años, durante más de nueve minutos.
Martin, de 19, trabajaba como cajero en Cup Foods, la tienda donde Floyd usó un billete falso de $20 para comprar un paquete de cigarrillos.
El joven contó en el debate que supo enseguida que no era un billete legal, pero que lo cogió igualmente.
“Pensé que George no sabía realmente que era un billete falso. Creí que le estaba haciendo un favor”, relató.
“Lo tomé de todas formas y pensaba anotarlo en mi cuenta”, afirmó, refiriéndose a que la cantidad habría sido restada de su salario.
”Me ofrecí a pagarlo”.
El cajero le comentó al responsable de la tienda lo que había ocurrido, pero este le dijo que saliera y le dijera a Floyd que volviera a la tienda.
Martin y sus compañeros fueron entonces hasta el auto donde Floyd estaba junto a otras dos personas, pero este se negó a entrar de nuevo, por lo que el gerente de la tienda llamó a la Policía.
Lo que ocurrió después es de sobra conocido: el afroestadounidense acabó esposado e inmovilizado contra el suelo, con la rodilla de Derek Chauvin sobre su cuello. Pese a sus súplicas y a los gritos de peatones angustiados, el policía mantuvo su presión hasta que llegó una ambulancia, demasiado tarde ya para reanimar a Floyd.
Eric Nelson, el abogado defensor de Chauvin, expuso en los argumentos de apertura que la muerte de Floyd estuvo originada por las drogas y por sus condiciones médicas previas y no por asfixia.
Martin, de su lado, describió que Floyd parecía "drogado" cuando entró en la tienda, pero que fue "muy amigable, cercano y hablador".
“Parecía estar pasando el Memorial Day (día feriado en Estados Unidos) normal, solo viviendo su vida. Pero parecía drogado”, recordó.
El cajero agregó que salió de la tienda cuando escuchó “gritar y chillar” fuera.
“Vi (a Chauvin) con su rodilla en el cuello de George en el suelo. George estaba inmóvil, flácido”.
En las imágenes de una cámara de vigilancia presentada al jurado, se ve al joven empleado, impactado, poniéndose las manos sobre la cabeza. Al fiscal, quien le preguntó qué sentía en ese momento, le respondió con la voz embargada por la emoción: "incredulidad y culpa".
Después de aquello, Martin se mudó y no ha vuelto a pasar nunca por Cup Foods.
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De paso
También declaró este miércoles Charles McMillian, de 61 años, quien dijo que pasaba por allí ese día y se paró a ver qué pasaba.
Al ser el primer espectador en la escena, puede ser escuchado en el video diciéndole a Floyd, ya esposado, “no puedes ganar” e instándole a que entrara en la parte trasera del automóvil de la Policía.
Los fiscales reprodujeron un video de la cámara corporal de la Policía en el que se ve a Floyd diciendo que tiene “claustrofobia” y llamando a su madre mientras los agentes intentaban meterlo en el vehículo.
McMillian comenzó a sollozar mientras se reproducía el vídeo, quitándose las gafas y limpiándose los ojos con pañuelos de papel hasta que el juez Peter Cahill pidió un breve receso.
"Me sentí impotente", dijo McMillian, quien también se enfrentó a Chauvin después del incidente.
Preguntado por un fiscal por qué lo hizo, McMillian dijo: "Porque lo que vi estaba mal".
La sesión matinal del juicio fue brevemente interrumpida cuando un miembro del jurado, formado por nueve mujeres y cinco hombres, pareció indispuesto.
Los fiscales tratan de demostrarle al jurado que Chauvin no tenía ninguna justificación para usar la peligrosa maniobra del cuello con Floyd.
El exagente, quien pasó 19 años al servicio de la Policía de Minneapolis, fue liberado bajo fianza, y comparece libre al juicio en el que se declara no culpable. Se enfrenta a hasta 40 años de prisión en caso de ser condenado por la acusación más grave, asesinato en segundo grado.
El jurado debe entregar su veredicto hacia el fin de abril o comienzo de mayo.
Los otros tres policías implicados, Alexander Kueng, Thomas Lane y Tou Thao, serán juzgados en agosto por “complicidad de asesinato”.