Tegucigalpa. Un testigo protegido del gobierno estadounidense que fue contador en una gran empresa hondureña contó este martes en un juicio en Nueva York que entregó dinero de la droga al presidente de Honduras, y que presenció una reunión en la cual éste propuso a un presunto narcotraficante trabajar juntos.
El testigo fue presentado en la corte federal de Manhattan bajo un nombre falso, José Sánchez, por motivos de seguridad. Contó que trabajó 15 años en la empresa arrocera Graneros Nacionales de Fuad Jarufe, en la ciudad de Choloma, y que ésta lavaba dinero para el temido cartel hondureño Los Cachiros y también para el acusado Geovanny Fuentes Ramírez.
El contador asegura que presenció varias reuniones en las que estuvo presente el presidente Juan Orlando Hernández, dos de ellas con Fuentes, acusado por la justicia estadounidense de traficar toneladas de cocaína a Estados Unidos con la ayuda del mandatario y de otros políticos hondureños, policías y militares corruptos.
El testigo dijo que en el 2013 estuvo presente en un encuentro entre Hernández y Fuentes en Graneros Nacionales, en el cual el mandatario —entonces jefe del Congreso Nacional y candidato a la presidencia— afirmó al acusado “que estaba interesado en que (Fuentes) trabajara para él con su narcolaboratorio” de cocaína.
LEA MÁS: Fiscal vincula a presidente de Honduras con tráfico de cocaína a Estados Unidos
‘Seremos intocables’
“Juan Orlando Hernández dijo que no había que preocuparse por la justicia ya que tenía al fiscal (general de la República) Óscar Chinchilla en ese lugar para protegerlos, y que el trasiego de la droga se haría por diferentes medios” con la ayuda de la policía y militares, contó el testigo.
Hernández dijo que “para cuando Estados Unidos conociera la verdad ellos ya habrían modificado las leyes” y abolido la extradición de narcotraficantes, agregó el contador, un hombre de 45 años y hablar pausado.
Según Sánchez, Hernández dijo asimismo: “Ya en esto trabajan (Mauricio) Oliva y Chinchilla. Seremos intocables (...) Le vamos a meter la droga a los gringos en sus propias narices y no se van a dar ni cuenta”.
Oliva era entonces congresista y actualmente es presidente del Congreso y candidato a la presidencia de Honduras por el Partido Nacional, en el poder desde hace más de una década.
El testigo precisó que Fuentes pagó a Hernández en esa reunión $15.000 de dinero de la droga, en billetes de 20, “para que se ayude en la campaña”. El mandatario dio el dinero a Sánchez para que lo cambiara a lempiras, y dijo que lo quería en efectivo. En una segunda reunión, Fuentes entregó al presidente otros $10.000, añadió.
También dijo que cada mes Hernández recibía 250.000 lempiras (unos $10.400 al cambio actual) del empresario Fuad Jarufe para su campaña electoral.
En otra reunión con Jarufe, relató, Hernández “se jactaba de cómo estaban robando los fondos de la seguridad social y de más fondos del Estado y decía: ‘Estamos robando más que en los tiempos de (el expresidente Rafael) Callejas y nadie nos puede hacer nada’”.
El testigo dijo que había conseguido copias de videos de esta reunión y de la segunda que el acusado mantuvo con Hernández.
LEA MÁS: 'No soy amigo' de narcos, dice presidente de Honduras, investigado en EE. UU.
‘Mi vida peligraba’
“Huí de mi país porque mi vida peligraba” tras presenciar las dos reuniones de Hernández con Fuentes, contó el testigo, que reside en Estados Unidos desde el 2015, posiblemente bajo una nueva identidad.
“Nadie en esta sala conoce como yo al acusado”, afirmó.
El líder del cartel Los Cachiros, Leonel Rivera, testificó el lunes que pagó a Hernández un soborno de 250.000 dólares a cambio de protección. El presidente de Honduras niega todas las acusaciones y dice que los narcotraficantes buscan venganza.
Sánchez relató que conoció al menor de Los Cachiros, Santos Isidro Rivera Maradiaga, en Graneros Nacionales, adonde llegaba a vender cabezas de ganado a un menor precio que el del mercado, porque usaban los animales para esconder droga en los camiones.
No sabía quién era, y lo destrató porque interrumpió su almuerzo. Su jefe Fuad Jurafe lo llamó entonces, y le dijo: “Te presento al Cachirín”.
“¿Cuál fue su reacción?”, le preguntó el fiscal. “Miedo”, le respondió el contador.