El barcelonés Antoni Abad, de 50 años, tiene amplia experiencia en desarrollar proyectos artísticos en que colectivos polémicos o víctimas de prejuicios logran expresarse a través de Internet y la telefonía celular.
Entre el año pasado y este, desarrolló el Canal accesible en que personas con discapacidad que recorren diariamente la ciudad de Barcelona señalaron los obstáculos que se encontraron para su movilidad y con esto se elaboró un plano en línea con la ubicación de las barreras.
El trabajo obtuvo el Ars Electronica Prix, prestigioso premio de las artes digitales
En el 2005, Abad hizo el Canal Invisible en que se expresaban a través de los celulares 10 prostitutas de las calles de Madrid.
Un año antes, él había estado en México donde le dio voz e imágenes a los taxistas.
Actualmente, Abad trabaja en Costa Rica. Todas las tardes se reúne con alguno de los nicaragüenses participantes en el proyecto: a unos les enseña las posibilidades de Internet, a otros cómo editar un video y a unos hasta las técnicas básicas de fotografías.
Los miércoles, el artista se reúne con todos los participantes y democráticamente deciden contenidos y proponen nuevas ideas.
Para Abad, el celular es una herramienta increíble de expresión y para mostrar fragmentos de la realidad.