Las agujas largas, de 25 milímetros, son las mejores para vacunar a los recién nacidos porque provocan menos reacciones en la piel.
Un estudio publicado en el British Medical Journal comparó los efectos de usar agujas largas, de 25 milímetros, con aguja cortas, de 16 milímetros, en 700 niños sanos.
Los menores fueron vacunados contra difteria, tétano y el virus de influenza, a los dos, tres y cuatro meses de edad.
Las agujas largas disminuyeron perceptiblemente reacciones como enrojecimiento y otras molestias en el área donde los niños recibieron las vacunas.