El Álbum de Figueroa , un valioso conjunto de grandes folios con textos y dibujos que narran parte de la historia de Costa Rica durante el siglo XIX, ya forma parte del patrimonio documental de la humanidad.
La mañana del miércoles, el Comité Regional para América Latina y el Caribe del Programa Memoria del Mundo de la Unesco entregó el certificado que acredita la designación.
Para lograr el aval, se debió presentar la documentación que respalda por qué este conocido álbum tiene tanto valor para el país, explicó Virginia Chacón, directora del Archivo Nacional, entidad que custodia el documento.
Entre los criterios que se toman en cuenta para la selección está el hecho de que el fondo o colección de documentos sean auténticos, únicos e irreemplazables, así como su rareza, entre otros puntos.
El Comité se reunió durante los últimos tres días en nuestro país. Representantes de países como Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba y Ecuador valoraron las distintas propuestas antes de dar su aceptación o rechazo al ingreso en la lista.
Valioso. El Álbum de Figueroa es un valioso documento escrito e ilustrado por el costarricense José María Figueroa Oreamuno, comerciante, genealogista, historiador, cartógrafo, dibujante y viajero.
El documento data de finales del siglo XIX y en sus 191 folios de gran formato existe información acerca de asuntos políticos, vida cotidiana, mapas de distintas zonas del país y la genealogía de algunas familias de la época.
Como Figueroa fue expulsado varias veces del Valle Central (debido a cuestiones políticas) en su álbum también se pueden ver imágenes de estos viajes a Sarapiquí y Talamanca, donde se mandaba entonces a los exiliados. Igualmente, también se conserva la crónica de sus viajes de comercio.
“La declaratoria la hizo el comité costarricense del Programa Memoria del Mundo, pero para la Unesco tiene el mismo valor que si lo hubiera hecho el comité regional o el comité mundial, porque lo importante es que se está garantizando su preservación y se le está dando un rango que certifica su importancia en la historia documental costarricense”, explicó Chacón.
“Así como la Isla del Coco y la tradición del boyeo y la carreta han sido reconocidos como patrimonio natural y patrimonio oral, respectivamente, ahora el Álbum de Figueroa es patrimonio documental”, añadió la funcionaria.
No obstante, Chacón considera que el país tiene colecciones con la calidad suficiente para obtener el reconocimiento de los comités regionales y hasta mundiales en esta materia. “Estoy segura que los archivos de los científicos Clorito Picado o de Franklin Chang serían aceptados”, explicó.
El Álbum de Figueroa fue comprado por el Estado en 1900 y en 1903 ingresó al Archivo Nacional. Por razones que no están claras luego fue trasladado a la Biblioteca Nacional, de donde se retiró a finales de la década de 1990 para ser sometido a un proceso de restauración. Desde entonces, los dos tomos principales del álbum regresaron el Archivo Nacional.
No obstante, según Chacón, existen otros siete pequeños álbumes que también se compraron en 1900 pero que por razones desconocidas no han llegado a manos del Estado.
Actualmente, este organismo negocia la entrega con la familia que posee estos álbumes.