Sentada en el piso, frente a una pantalla de televisión pequeñita, en blanco y negro, fue como la científica costarricense Sandra Cauffman, vio a los primeros hombres pisar la superficie de la Luna.
Entonces, quien hoy se desempeña como directora de la División de Ciencias Terrestres de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) tenía siete años recién cumplidos y vivía en Hatillo 3.
Logró presenciar el hito histórico gracias a un vecino que dispuso todo para recibir a una gran cantidad de personas en el barrio.
“Muchos no tenían televisor. Incluyendo nosotros, pero aquello fue una fiesta. Los más chiquitillos estábamos sentados en el piso, y los más grandes en sillas o de pie. Éramos bastantes en ese salón”, relató la científica a La Nación vía telefónica.
Y añadió: “yo recuerdo que oía a la gente hablando por la televisión y veía eso y pensaba '¡esa bola que yo veo en la noche! ¡hay gente caminando ahí arriba! ¿pero cómo? ¡Para mí era tan impactante!”
El impacto fue tal que, de una u otra forma esas imágenes marcaron su vida profesional.
“Cuando iba de regreso a la casa le dije a mi mamá ‘yo quiero ir a la Luna’. Yo quería hacer lo que vi a esa gente haciendo”, dijo Cauffman, quien aunque no ha viajado hasta allá, sí coordina una unidad en la que analiza la información que la exploración espacial (incluyendo las llegadas a la Luna) le ha dado a la Tierra y sobre cómo todo está interconectado en nuestro planeta.
“Observar la Tierra desde el espacio exterior te hace ver cosas, entenderlas y tener información que no podrías hacer desde dentro. Es ver el planeta como un sistema. Por ejemplo, nos ayuda a determinar el impacto de incendios forestales grandes, pues se ven desde el espacio, y en parte eso lo tenemos gracias a esa puerta que nos abrió la llegada a nuestro satélite”, prosiguió.
“Querer ir a la Luna hace 50 años se veía como lo máximo que podríamos alcanzar, pero más bien fue un logro que nos permitió otros. Lo que para nosotros ahora es normal en exploración espacial, pero también en la tecnología que usamos todos los días, en ese entonces era pensar en ciencia ficción. ¿Quién habría dicho hace 50 años que usted y yo íbamos a estar hablando desde teléfonos inteligentes en países diferentes?", comentó.
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Difundir el conocimiento
Dentro de las labores de Cauffman está el brindar charlas en distintos países, y eso le ha hecho encontrarse con mucha gente escéptica del alunizaje, pero ella más bien considera dicha situación como una oportunidad para difundir el conocimiento.
“Me ha tocado encontrarme con gente que me dice que no creen que hemos ido a la Luna y creen que todo es un montaje. Me gusta decirles que sí, que claro que llegamos, y no una vez, si no, dos, tres, cuatro, cinco y seis veces. La vez más conocida es la del Apollo 11 porque es a la que más marketing se le ha hecho por histórica, pero después de eso fuimos cinco veces más”.
Y añadió: “muchas personas se quedan impresionadas de ver todo lo que hemos ido a la Luna. Solo oyen del Apollo 11, pero en realidad los Apollo llegaron hasta el 17”.
Para Cauffman, también es importante difundir todo lo que sabemos de la Tierra gracias a la exploración lunar.
"Con la llegada a la Luna aprendimos tanto de ella, pero también de nosotros mismos. Aprendimos, por ejemplo, que tanto la Tierra como la Luna fueron creadas casi al mismo tiempo y vimos cómo interactúan entre ellas”.
“Ese lugar que vemos en la noche, nuestro satélite, nos dice mucho de nosotros. Y cada vez que hablo con astronautas me dicen que desde afuera ven a la Tierra tan frágil, con una atmósfera tan delgadita, que no saben cómo es posible que la estemos destruyendo tanto”.
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Hacia el futuro
¿Volver a la Luna? ¡Por supuesto! Ya muchos científicos trabajan en eso, y, aunque Cauffman no está en esas labores, asegura que veremos ese regreso.
“Nos vamos a seguir expandiendo. Es parte de nuestra naturaleza Lo hicimos cuando la Tierra era joven y los primeros humanos fueron cada vez hacia más rincones del planeta. Es parte de nuestro espíritu curioso. Y ahora tenemos más tecnología para llegar allá, explorar, investigar y conocer”, concluyó.