Los astronautas que permanecen más de dos meses fuera del planeta sufrirían cambios estructurales en el ojo y esto podría acarrearles problemas futuros en su vista.
El fenómeno se conoce como síndrome neurocular asociado con viajes espaciales y dentro de sus posibles causas están los cambios de presión y de gravedad que se viven en el espacio. A esto se le añade que al regresar a la Tierra el cambio en estas condiciones se da de manera muy brusca.
Con esto en mente, Nimesh Patel, optometrista e investigador de la Universidad de Houston en Estados Unidos, busca saber las características de este mal, la forma en la que afectaría la vista y cómo podría tratarse.
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Los primeros resultados fueron publicados esta semana en la revista JAMA Ophthalmology.
Patel tomó en cuenta a 15 astronautas cuya visión era óptima antes de su primer viaje espacial. Les hizo un examen de la vista antes y después de dicho viaje.
Al regresar, todos ellos tenían una buena visión, pero sí había cambios estructurales en sus ojos que podrían perjudicarlos a largo plazo.
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Los cambios
Luego de chequear la retina de cada astronauta antes y después de su viaje, el investigador vio que sucedían tres cambios principales.
"Los resultados muestran que los individuos que se exponen durante viajes de larga duración a la microgravedad tienen un cambio en la posición de la membrana de Bruch (una de las membranas internas del ojo, que consta de cinco capas). También se vio un aumento del grosor de la retina en la parte más cercana al nervio óptico. Y también se registró un aumento en la proporción de los pliegues coroideos (ondulación de las coroides, una parte de la retina)", expresó Patel en conferencia de prensa.
Algunos de estos cambios podrían verse en pacientes con hipertensión intracraneal; una condición que se caracteriza por un aumento de la presión en el cerebro. Esta situación puede deberse a un aumento de la presión del líquido cefalorraquídeo (el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal). La hipertensión intracraneal también puede deberse a una elevación de la presión dentro del cerebro mismo por un tumor o sangrado o inflamación dentro del cerebro.
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No obstante, el científico indica que no todos los cambios vistos se ven en personas con presión alta en el cráneo. Un ejemplo son los pliegues coroideos.
El documento indica que estos cambios pueden deberse a que la microgravedad cambia la forma en que fluyen los líquidos dentro del cerebro.
Para determinar los efectos reales de la vida en el espacio sobre la vista, el siguiente paso para Patel es comparar estos resultados con los de personas que no viajen fuera del planeta. Y luego hacer otro estudio con otros astronautas y compararlo con otras personas sanas que no participen de vuelos interestelares.
"Esto nos hará comprender mejor las dimensiones del síndrome y podría ayudarnos eventualmente a tratarlo", concluyó Patel.
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