¿Por qué se contagia el bostezo? Puede ser que no tengamos sueño ni cansancio, pero si vemos a una persona bostezar, nos sentiremos “contagiados” y casi automáticamente bostezaremos.
Es más, si nos propusiéramos no bostezar al ver a otros hacerlo, experimentaremos una urgencia mayor.
Este comportamiento no solo se da en humanos, también en otros mamíferos como los chimpancés o los perros.
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Un grupo de científicos de la Universidad de Nottingham en Inglaterra se dio a la tarea de saber por qué sucede esto y llegó a la conclusión de que es un reflejo del cerebro que se activa justo en la zona encargada de controlar la función motora.
Las conclusiones fueron publicadas este jueves en la revista Current Biology.
El estudio
Para determinar cómo y por qué se contagian los bostezos, los científicos tomaron a 36 voluntarios adultos sanos y les pusieron a ver videos de gente bostezando, mientras les hacían una resonancia magnética.
En una primera etapa se les indicó que podían bostezar libremente, en la segunda se les pidió intentar no dejarse llevar por las ganas de bostezar.
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En una tercera etapa se utilizó estimulación eléctrica para ver si esto motivaba más al bostezo. Y así fue.
Los investigadores vieron que la parte del cerebro que más se activaba era la asociada a funciones motoras, una que también está relacionada con síndromes como el demencia, epilepsia y el síndrome de Tourette.
A futuro este hallazgo podría impulsar posibles tratamientos de estas condiciones.
En investigaciones anteriores, los científicos habían concluido que los botezos se contagian por la empatía, es decir la capacidad que tiene el ser humano y algunos primates para entender y ponerse en los zapatos de los demás. De esta forma, el organismo tiende a imitar lo que ve, como si se tratara de un espejo.
Sin embargo, también se han manejado otras probables explicaciones. Por ejemplo, se ha visto que el contagio de los bostezos aumenta con la edad de las personas y hay quienes piensan que en esta acción podrían estar implicados factores genéticos.