Un escenario convoca a 20 investigadores españoles –la mayoría de ellos doctores en diferentes campos de la ciencia– pero no para dictar una conferencia, sino para hacer reír con ayuda de “pildoritas científicas”.
Ellos son Big Van , científicos sobre ruedas, un grupo de especialistas que escogieron el humor como el medio ideal para divulgar sus hallazgos y los de otros colegas.
La semana anterior dos de sus integrantes estuvieron de visita en Costa Rica, para impartir un taller en el Simposio PCST 2016: Comunicación científica como profesión: Formación, responsabilidades y roles, celebrado en el Hotel Crowne Plaza Corobicí, ubicado en La Sabana.
“Si conseguimos hacer que la ciencia sea algo que apasione a la gente ya lo tenemos todo hecho. Podemos despertar esa curiosidad en el público y luego ya ellos se van a ir a buscar otras informaciones”, relató Helena González, bióloga y doctora en Biomedicina, quien desde hace tres años se dedica a divulgar ciencia.
Difíciles. En el reto de hacer los hallazgos científicos divertidos y cercanos para las personas, los públicos más fáciles resultan ser los niños y los adultos, que están a la expectativa de lo que sucederá, según González.
Mientras que los adolescentes suelen resistirse más, pues vienen predispuestos a que no les gusta esta disciplina.
“Hay que superar esa barrera poco a poco. Ellos no están acostumbrados a ver gente como nosotros. Se imaginan que los científicos son sujetos de bata blanca. Cuando nos ponemos en un escenario, ellos alucinan. Nos dicen: ‘¿Son de verdad o estaban actuando?’ Es un público que tienes que ganarte”, dijo González.
Big Van está conformado por 20 integrantes, cinco de ellos se dedican de lleno a la divulgación científica, los otros 15 alternan entre sus investigaciones en campos como: matemáticas, química, física y biología, con los escenarios y los monólogos.
“Hay textos que nacen de lo que hemos investigado cada uno”, afirmó Alberto Vivó, biotecnólogo, que en la actualidad investiga sobre la bioenergía y es uno de los integrantes del grupo.
Según Helena González “es muy difícil compaginar esa vida. Pero llega un momento en el que tienes que elegir: seguir en tu laboratorio o divulgar ciencia”.
Esa decisión algunas veces despierta críticas, sobre todo entre otros colegas suyos: “Hay pocas críticas, pero las hay. Nos hemos encontrado algunos científicos que consideran que la divulgación es una pérdida de tiempo”, afirmó González.
Talleres. Los investigadores aprovecharon su estadía en el país para contarle a otros colegas, divulgadores de ciencia y profesionales cómo transmitir conocimientos científicos, echando mano del sentido del humor.
En los talleres tratan de transformar el lenguaje especializado en amenas cápsulas, que permiten acercar a la gente con contenidos relativos al campo de la ciencia.
Los integrantes aseguraron que desean volver a Costa Rica.