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La imagen de los anillos de Saturno es de las que más ha cautivado a astrónomos, artistas y fanáticos de la astronomía. Durante los últimos años, la sonda Cassini de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) exploró a fondo este misterioso planeta.
Este jueves, la revista Science publicó algo que ni los científicos que más han analizado de cerca este cuerpo celeste sospechaban: la composición química de estos anillos es mucho más compleja, al punto de que está cambiando paulatinamente la atmósfera superior del planeta.
Los resultados salen a la luz tras un trabajo colaborativo entre la NASA y la Universidad de Kansas, en Estados Unidos.
De acuerdo con la publicación, las mayores concentraciones de estas sustancias se encuentran en los anillos más internos, conocidos también como “anillos D”. En esta parte se concentra un “coctel químico” que los anillos “empujan” hacia la atmósfera superior del planeta mientras giran.
Los investigadores indicaron que, a largo plazo, dentro de “muchos años” la acumulación de este material en la atmósfera saturnina puede cambiar la composición del carbono y oxígeno.
Este “coctel químico” está compuesto por agua, metano, amoniaco, monóxido de carbono, nitrógeno molecular y dióxido de carbono. Esta combinación podría estar “calentando” la atmósfera superior de Saturno.
También se vio que los anillos giran más rápido que el propio planeta y que su atmósfera.
“Este es un nuevo elemento en nuestro aprendizaje de cómo funciona el sistema solar. Me sorprendieron dos cosas: una es la complejidad química que va saliendo de los anillos. Anteriormente creíamos que se trataba de una mezcla mayoritariamente de agua. La segunda cosa es la cantidad de estas sustancias, mucho más de la que esperábamos. La calidad y la cantidad del material que los anillos envían a la atmósfera realmente me sorprendió”, dijo a la prensa Thomas Cravens, profesor de física y astronomía en la Universidad de Kansas y coautor del reporte científico.
¿Cómo descubrieron esto? En el llamado “Gran Final de Cassini” (la última etapa de su exploración), que se dio en el 2017, la sonda se internó en los anillos más profundos, y esto permitió probar y comparar los químicos encontrados en los diferentes anillos y en la atmósfera.
“Lo que describimos en la publicación es esa brecha que hay entre el anillo más interno y la atmósfera superior. Algunas de las cosas que encontrábamos sí eran esperables, como el agua. Sin embargo, hay otras que nos sorprendieron mucho, como el metano, nadie se esperaba eso. Tampoco nos esperábamos dióxido de carbono, y ahí estaba”, destacó Cravens.
De acuerdo con el científico, la alta cantidad de material químico encontrado en los anillos y su extraña composición le hace creer que la “esperanza de vida” de estos anillos pueda ser menor a la que la ciencia ha imaginado hasta el momento.
“La cantidad de material que es expulsado de los anillos es mucho mayor del que creíamos antes. Los anillos están expulsando material al menos diez veces más rápido de lo que pensábamos. Si no se repone de alguna forma, esos anillos no durarán tanto. Júpiter probablemente tuvo un anillo que se fue deshaciendo, y puede ser por esta misma razón. Los anillos vienen y van, en algún punto se desvanecen a no ser que obtengan nuevo material de alguna forma”, enfatizó Cravens.
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Más allá de los datos
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¿Para qué sirve toda esta información que Cassini brindó y que los científicos analizan? Por un lado, esto permite a la ciencia conocer más acerca de uno de los planetas con composición más particular. Por otro, puede dar más información relacionada con los otros planetas, incluso de los exoplanetas (planetas fuera de nuestro sistema solar).
“Aún no sabemos del todo cómo ocurre esta concentración de químicos ni cómo son enviados a la atmósfera. Sin embargo, esta información nos puede dar más pistas sobre otras cosas que aparentemente no están relacionadas. Por ejemplo nos puede llevar a entender por qué algunos planetas tienen anillos y otros no”, mencionó Cravens.
Y agregó: “Otras preguntas que podemos responder es si estos anillos se desgastan y cómo. ¿Hubo alguna época en la que Saturno no tuvo anillos? ¿Cómo comenzaron a formarse estos anillos? ¿Los anillos serán alguna especie de ‘desecho’ de la formación del sistema solar?”.
Aún es mucho el trabajo que puede hacerse con la información que Cassini está brindando de su recorrido por Saturno. El equipo de la Universidad de Kansas se enfocó solo en una parte, pero aún hay muchas más por ver.
Dentro de las tareas pendientes está, por ejemplo, averiguar si los químicos de los anillo impactan otras zonas del planeta, o si los cambios que estos ocasionan a la atmósfera podrían estar teniendo consecuencias sobre la superficie de este cuerpo celeste.
Ya hay varios equipos de científicos de la NASA e institutos asociados averiguando esto, pero son resultados que tomarán sus años antes de que salgan a la luz, porque los análisis toman bastante tiempo y se requiere esperar más información que la sonda recolectó.
Además, la información recolectada por Cassini también podría responder interrogantes sobre la formación del sistema solar y sobre la interacción entre Saturno y sus satélites o Saturno y los otros planetas.
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