
Costa Rica fue escogida para la instalación de un radar que detectará escombros espaciales en la órbita terrestre baja, la más cercana a nuestra superficie.
La empresa estadounidense LeoLabs anunció la mañana de este miércoles que se alió con la compañía costarricense Ad Astra, del físico y exastronauta Franklin Chang Díaz, para tener un dispositivo de alta tecnología que ayude en el monitoreo de esta órbita.
El dispositivo estará en Guanacaste.
En entrevista con La Nación, Franklin Chang informó de que la construcción estaría terminándose entre octubre y noviembre, para hacer pruebas a finales de año y entrar en funcionamiento a principios del 2021.
Según el exastronauta, este es el primer radar con estas características en América Latina.
El proceso previo de planeamiento y negociaciones tomó más de un año y culminó hace un par de semanas. Ahora, con todo en regla, se abocan a poner manos a la obra.
“Tenemos todo un cronograma de trabajo. Hay que comenzar ya. Vamos a empezar el proceso de contratación de varias empresas. Esto no es solo Ad Astra, también habrá constructoras, entre otras. El trabajo debe ser muy riguroso, se requiere una serie de parámetros que deben cumplirse”, destacó Chang.
El radar costarricense estará ubicado en un terreno de tres hectáreas y su tamaño, según Chang, es como el de un “edificio mediano”.
“Para que se den una idea, puede ser más o menos como el Gimnasio Nacional ahí en Sabana, no es algo que usted vaya a ver desde el espacio”, señaló el exastronauta.
Este dispositivo, junto con otros tres equipos colocados por LeoLabs en Alaska, Texas y Nueva Zelanda, realizará un monitoreo para detectar posibles escombros espaciales que puedan afectar los satélites en la órbita terrestre baja (LEO, por sus siglas en inglés).
Los escombros espaciales o basura espacial representan uno de los principales problemas que enfrenta la investigación fuera del planeta.
Entre esos escombros se incluyen desechos de satélites y naves espaciales viejas, los cuales pueden colisionar contra los satélites o sondas actuales, lo que pone en riesgo el estudio del espacio.
La velocidad a la que esos desechos viajan es de unos 30.000 kilómetros por hora, lo que puede acabar con los dispositivos.
Se estima que en este momento hay unos 250.000 objetos peligrosos que no están siendo rastreados, pues cuanto más pequeños son, más difícil esa tarea. El radar que se ubicará en Costa Rica tiene la capacidad de detectar escombros espaciales de incluso dos centímetros.
“La tecnología actual solo permite rastrear los que son mayores a 10 centímetros, necesitamos llenar esos vacíos para rastrear objetos más pequeños y proteger colisiones, eso es lo que propone nuestra nueva generación de radares, ya tenemos tres y este sería el cuarto”, indicó Edward Lu, cofundador de LeoLabs.
“Cuando yo era astronauta recuerdo haber estado varias veces en la Estación Espacial Internacional (EEI), esta tiene un escudo para protegerse de ese tipo de escombros, pero de todas formas podían verse hoyos, como de bala. Queremos llevar esto más allá para prever lesiones que puedan ser causadas por objetos tan pequeños como una bola de golf”, añadió.
De hecho, esa mayor cobertura de rastreo que ofrecería el radar en Costa Rica tiene que ver con la cercanía al Ecuador, de ahí que la ubicación no es antojadiza.
“Este hito mejora nuestra cobertura de órbitas ecuatoriales y de baja inclinación, cerrando una brecha importante en el rastreo de satélites y escombros espaciales. La ubicación de Costa Rica, al estar más cerca del Ecuador, nos ayuda en la misión”, confirmó en conferencia de prensa Mike Nicolls, cofundador y chief technology officer de LeoLabs.
Los radares, aparte de ubicar los escombros espaciales para prevenir colisiones, también dan información sobre hacia dónde se debe hacer una limpieza.
“Es darle desarrollo sostenible al espacio, proteger el ambiente espacial”, señaló Lu.
Explorar específicamente la LEO también es de mucha importancia. Este año diversas agencias espaciales, operadores de satélites comerciales, empresas internacionales y gobiernos están apuntando a la exploración de esta órbita.
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Colaboración de dos viejos amigos

LeoLabs decidió ubicar su siguiente radar en Costa Rica como resultado de una relación de larga data entre dos exastronautas de la NASA: Edward Lu, ejecutivo y cofundador de LeoLabs, y Franklin Chang Díaz, CEO y cofundador de Ad Astra, quienes continuaron ambos su carrera mediante negocios tecnológicos innovadores.
El año pasado Lu contactó a su antiguo colega para discutir las ventajas de construir un radar aquí.
“A raíz de nuestra experiencia mutua en el espacio, el Dr. Lu y yo recibimos con emoción la oportunidad de enfrentar el riesgo que representan los escombros espaciales para los vuelos espaciales tripulados”, indicó Chang Díaz en conferencia de prensa.
“El proyecto en Costa Rica nos ofreció la oportunidad de incrementar la seguridad de los viajes espaciales y permitir la administración responsable para promover nuestra misión de preservar los ecosistemas críticos”, añadió.
Carlos Alvarado, presidente de la República, indicó que los procesos de documentación comenzaron hace más de un año.
“Tuvimos una reunión. Es un proyecto muy ambicioso. No es algo frecuente tener solicitudes de este tipo de proyectos, nos pusimos a trabajar”, señaló Alvarado.
Lu, además, reconoció el compromiso de Costa Rica en el desarrollo de ciencia espacial y colaboraciones en la materia.
“Una de las prioridades para LeoLabs es ubicar su siguiente radar en un país en donde haya un compromiso nacional y estratégico hacia la industria espacial. Especialmente, nos motivó el conocimiento y el apoyo del gobierno de Costa Rica a través de su Ministerio de Ciencia y Tecnología y su Ministerio de Ambiente y Energía”, señaló el exastronauta.
También pesó el trabajo del país para la protección del medio ambiente.
Para Paola Vega, ministra de Ciencia y Tecnología, este es un paso adelante hacia una sociedad y una economía basadas en el conocimiento.
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