Un grupo de científicos costarricenses presentó la mañana de este jueves, un dispositivo que viajará al espacio en noviembre próximo, con la idea de ayudar a combatir una enfermedad en las plantaciones de banano.
El proyecto llamado Musa investigará las características del hongo Fusarium oxysporum, que causa en las plantaciones de banano el llamado mal de Panamá, con la idea de buscar posibles tratamientos. De acuerdo con los investigadores, se trata de una plaga que provoca pérdidas de hasta 80% en las plantaciones a nivel mundial, por lo que pone en riesgo toda la industria de la región y a las personas que dependen de ella.
“Este mal tiene a 85 países del mundo en alerta sanitaria. En Costa Rica 140.000 empleos estarían siendo afectados si estas plantaciones mueren”, especificó Valeria Dittel, una de las socias de Orbital Space Technologies (OST), emprendimiento costarricense de ciencias espaciales que dio origen a Musa.
Esta iniciativa nació de estudiantes y graduados del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec). Ellos bautizaron el proyecto como Musa porque es el nombre del género del banano.
A finales de noviembre, el cohete que llevará al espacio este dispositivo despegará desde el puerto espacial de Esrange, en Suecia. Será el segundo artefacto con sello tico en viajar al espacio, pues el primero fue un CubeSat o satélite diminuto, que llegó a la Estación Espacial Internacional (EEI) en mayo de 2018.
“La idea nuestra es ser una conexión entre la ciencia latinoamericana y el espacio”, señaló Dittel.
Carlos Rodríguez Delgado, jefe operativo de OST, complementó: “esto no es de ir a la NASA, no hay ni que salir del país para poder crear este tipo de proyectos”.
¿Cómo puede ayudar el espacio a tratar una enfermedad? Los científicos costarricenses harán un estudio biológico en condiciones de microgravedad en el espacio, aprovechando un beneficio particular de la gravedad cero: la obtención de resultados del experimento de forma “casi inmediata”.
“La tasa de crecimiento de los hongos, en un ambiente hostil y nuevo para ellos, nos permitirá estudiarlo de forma más rápida y encontrar, en Tierra, una mejor solución”, señaló la científica.
Este es una iniciativa producto de un convenio entre OST, el Laboratorio de Sistemas Espaciales del Tec (SETEC-Lab), la Asociación Centroamericana de Aeronáutica y del Espacio (ACAE) y empresas suecas.
Floria Roa Gutiérrez, vicerrectora de investigación y extensión, habló de que esto no solo es el desarrollo del satélite, también la puesta en práctica de la biotecnología. También es ejemplo de emprendedurismo y de diplomacia científica para lograr lo que se tiene hasta hoy.
“Nos ‘arrollamos las mangas’ y nos pusimos a trabajar con la OST. Se colaboró con la infraestructura y se puso a disposición los laboratorios y el apoyo. Propusimos Espacio 2.0, donde la academia puede unirse con empresas privadas y la sociedad civil para Johan Carvajal, director del SETEC-Lab.
El proyecto
La mañana de este jueves se anunció la fase I del proyecto. Según Rodríguez, esta primera fase consiste en un vuelo suborbital donde van a probar todos los insumos científicos y tecnológicos y una vez que se evalúen los datos se hará la misión orbital.
Para llegar a esto, los científicos diseñaron y crearon un CubeSat (un satélite miniaturizado para investigación espacial), que es como un artefacto cúbico de altísima tecnología que cumplirá la misión de recoger información que únicamente se puede lograr en el espacio, con gravedad cero.
En esta primera fase el vuelo suborbital será de 15 minutos y estará de regreso en la Tierra. Este cuarto de hora es trascendental para ver cómo funciona el dispositivo, y ver si deben realizarse correciones.
La segunda fase todavía no tiene una fecha estipulada. En él se hará un vuelo orbital hasta la Estación Espacial Internacional (EEI).
En ese segundo viaje, las condiciones cambiarán. En el CubeSat irán dos cultivos de hongos: un cultivo del hongo Fusarium oxysporum, que causa la enfermedad Fusarium Raza 4, y un cultivo del hongo Trichoderma harzianum, beneficioso para las plantas, que funciona como agente de control biológico contra diversos patógenos vegetales como el Fusarium.
Ambos hongos estarán 14 días en la ISS. Así, se verá el comportamiento en microgravedad para, posiblemente, obtener información que ayude a encontrar una cura contra la enfermedad- Las muestras serán congeladas y regresarán a Tierra para más análisis.
El proyecto se está financiando por medio de una campaña de recolección de fondos y con ayuda del patrocinio de la empresa privada, en particular de Arroz Imperio, Liberty Empresas y Nassar Abogados Centroamérica.