Con mucha emoción y ansiedad, una delegación de ticos en Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos, presenció la culminación de ocho años de trabajo, tras ver despegar al primer satélite costarricense rumbo al espacio.
Cuando el reloj marcó las 2:30 p. m., el cohete tipo Falcon 9 de la compañía privada SpaceX despegó desde el Space Launch Complex 40 e inició su camino hacia la Estación Espacial Internacional (EEI).
Esta es una misión de reabastecimiento, donde además del artefacto nacional viajan equipos, cargamentos y suministros que contribuirán con más de 250 investigaciones en el espacio.
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Tras efectuar la cuenta atrás y verlo partir hacia el cielo, los costarricenses presentes en el lugar aplaudieron entusiasmados y sus ojos se llenaron de lágrimas.
El satélite de diminutas proporciones (un cubo de 10 cm x 10 cm x 10 cm y un kilogramo de peso) fue desarrollado por la Asociación Centroamericana de Aeronáutica y del Espacio (ACAE) y el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), con ayuda de aliados estratégicos, entre los que destacan instituciones y empresas, así como el Gobierno.
El aparato —creado en el marco del Proyecto Irazú— viajó a bordo de una nave hasta alcanzar su órbita preliminar luego de poco más de 10 minutos, sin ningún problema.
La llegada de la nave reabastecimiento Dragon a su destino está prevista para el próximo miércoles 4 de abril por la mañana y el objetivo es que permanezca en órbita por un mes aproximadamente, antes de regresar a la Tierra.
El satélite será puesto en órbita meses después, según informó ACAE en marzo anterior. Esa labor correrá por cuenta de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA).
En camino
Minutos después del lanzamiento, Carlos Alvarado, presidente de ACAE manifestó a La Nación el entusiasmo y la adrenalina vividos por la delegación tica.
“Con mucha alegría por todo lo que hemos vivido, realmente felices. La asociación se encuentra en estos momentos con un enorme orgullo; esperamos que este sea el primer paso de muchísimos más”, dijo.
A la cita también acudió el ingeniero Ronald Chang, quien es miembro de ACAE y uno de los promotores de la idea de crear un satélite con sello tico. Él aseguró que este lanzamiento representa un avance increíble para el país.
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“Demuestra la semilla que puso Franklin (su hermano exastronauta) en todos nosotros y ha generado que se haga todo un esfuerzo de muchos jóvenes, ingenieros e ingenieras, del Gobierno, la academia y la empresa privada”.
Andrés Mora, costarricense que labora para el NASA Ames Research Center, y quien formó parte del panel de expertos asesores del proyecto coincidió con Chang, pues manifestó que esto es algo histórico para Costa Rica pues muchas instituciones estuvieron involucradas en el proceso. “Eso quiere decir que cuando nos unimos somos mejores”, reflexionó.
La emoción también se apoderó de Jonathan Kolbeck, costarricense radicado en Estados Unidos y representante de la Universidad George Washington, centro de estudios con el que el ITCR colabora en el programa espacial.
Kolbeck aseguró que el domingo: “Casi ni dormimos de la emoción, pero ni lo sentimos por la adrenalina (...) “Es una gran oportunidad de mostrarle al mundo que hay capacidad en Costa Rica de hacer cosas grandes, aunque el CubeSat sea pequeño”, concluyó.
Investigación
Según han explicado ACAE y el ITCR, el propósito de este satélite es monitorear la fijación de carbono de una plantación de árboles de melina, ubicada en Los Chiles, en la zona norte de Costa Rica.
En esa plantación se instalarán 10 dendrómetros (instrumentos para medir el crecimiento de los árboles y la captura de carbono), cinco de los cuales fueron diseñados y construidos por estudiantes del Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Ahí mismo funcionará una estación metereológica, de modo que se analizará el crecimiento forestal en relación con las variables climáticas.
Finalmente, en el ITCR en Cartago, se recibirá toda la información recolectada, la cual se visualizará posteriormente en una página web.
Adolfo Chaves, coordinador del Laboratorio de Sistemas Espaciales de la Escuela de Electrónica del ITCR explicó que las mediciones que se efectuarán son una prueba de concepto, pues para poder extrapolar los datos a todo el bosque tendrían que extender la red de sensores para determinar la fijación de carbono.
Los gestores del Proyecto Irazú reconocieron además que la principal importancia de este lanzamiento y del satélite en sí fue desarrollar capacidades e inspirar generaciones más jóvenes de científicos en la región.