“Me gusta la ciencia, sobre todo hacer experimentos. Voy a ser científica”, dice Valentina Michelena Jiménez, de nueve años, con un brillo en sus ojos. Ella es una de las niñas que participaron del taller Aventuras de la Ciencia.
La iniciativa es impulsada por Carretica Cuentera y el centro Priscilla King Grey, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés). Consiste en combinar historias contadas por el periodista Alberto Barrantes y experimentos científicos guiados por la estudiante de doctorado Anjuli Jain, costarricense radicada en Estados Unidos.
Echando mano de materiales que se pueden conseguir fácilmente en casa, como café, algodón, colorantes y también bloques LEGO, los pequeños de entre 7 y 12 años aprendieron durante cuatro días (en dos talleres de dos días cada uno) por qué suceden y cuáles son los efectos del cambio climático.
Los talleres, que se efectuaron en el Parque La Libertad, en Desamparados, permitieron a niños como Santiago Quirós, de siete años, investigar por qué el lagarto Pocho (personaje de un cuento) “sentía hormigueos en la garganta y le costaba respirar”, contó el niño.
LEA MÁS: Carretica cuentera: leer y compartir
La dinámica de estos talleres es que los pequeños descubran la razón por la cual el lagarto está enfermo. “Hablamos todo un día sobre el aire, sus propiedades y la contaminación de este”, explicó Jain.
Según la costarricense, estudiante del MIT, esto permite que los niños vayan visualizando cómo el cambio climático afecta a los seres humanos.
Así, entienden que para hacer ciencia no se necesita un laboratorio muy extenso, sino tan solo algunos materiales de casa.
“Pero usamos una metodología. Eso ayuda a que vean que el juguete, aún siendo juguete, lo podemos usar como modelo”, comentó Jain.
La alumna de doctorado en el MIT comentó que vino hace seis años al país con el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) para colaborar con el Club de Talento Joven. "Siempre he tenido este deseo de regresar y quería traer esto, algo que pudiera aportar aquí", reconoció.
LEA MÁS: ‘App’ motiva a escolares a enamorarse de la lectura
Estos talleres fueron posibles gracias a una beca otorgada por el centro Priscilla King Grey.
Tanto Barrantes como Jain redactaron la propuesta en conjunto, para hacer realidad las Aventuras de la Ciencia.
“Acercar la ciencia a los chicos es posible a través del juego; que ellos puedan probar y comprender todo su entorno a partir del juego y la experimentación”, comentó Barrantes.
Aunque trabajar con estos pequeños implica un reto, pues suelen ser inquietos y tener un periodo de atención corto, Jain explicó que durante los talleres trataron de que ellos entendieran cómo los conocimientos que les transmitían se relacionan con la realidad.
“Los niños todavía están en un proceso de imaginarse mucho las cosas, pero la verdad es que eso también es ventaja, nos permite preguntarles, ahora que hemos visto lo de la contaminación del aire, cuáles opinan que son las soluciones”, dijo.
Las respuestas obtenidas sorprendieron para bien a los responsables del taller.
“Uno de los chicos dijo que sería bueno que se realizaran más de estos cursos para que la gente tome consciencia. Eso nos llamó la atención, porque nosotros no les dijimos nada, nos gustó, porque es ir un poco más allá de lo que uno espera que el niño pueda hacer", reflexionó Jain.
A Barrantes le sorprendió que los pequeños hasta sugirieron "llamar al presidente, para que destinara recursos para atender el tema de la contaminación".
Por su parte, Gabriela Pereira, coordinadora del Centro Infantil y Juvenil de Parque La Libertad, aseguró que se sentían muy complacidos de ser la sede del taller.
“Siempre consideramos darles servicios de primera calidad (a los vecinos de la comunidad) y además servicios que puedan brindarles o fortalecer habilidades en niños y adolescentes”, concluyó.