Washington. Si aprendiste en la escuela que un asteroide provocó la extinción de los dinosaurios en la tierra es probable que haya sido algo más complejo que eso y que la erupción de volcanes también haya jugado un papel importante.
Estudios publicados el jueves en la revista Science aclararon lo que se sabe de las monstruosas erupciones ocurridas durante un periodo que se superpone con la extinción masiva de dinosaurios, hace 66 millones de años, al final del periodo Cretácico.
Antes de la década de 1980, la teoría dominante era que el vulcanismo había sido la causa de la extinción de los dinosaurios, al enviar cenizas, polvo y también gas que modificó rápidamente el clima.
Entonces se descubrió el cráter del Chicxulub, en el mar Caribe, formado por el impacto de un asteroide que lanzó tantos escombros y polvo a la atmósfera que enfrió el planeta, redujo la fotosíntesis y mató a los dinosaurios que no eran aves, así como a tres cuartas partes de las especies que vivían en la tierra.
Desde entonces, ha habido un animado debate sobre los respectivos efectos del asteroide y del vulcanismo en los cambios del clima y el ecosistema.
Los equipos de investigadores que publican el jueves sus resultados han logrado datar de manera mucho más precisa que hasta ahora los flujos de lava, pasando de una precisión del orden del millón de años a unas decenas de miles.
Precisión
"Llegamos con una gran precisión a poner en orden los acontecimientos del fin del Cretácico", dijo a la AFP Loc Vanderkluysen, profesor de geociencias de la Universidad de Drexel, en Estados Unidos, y coautor del estudio.
Se trata de flujos de lava gigantes de la meseta de Decán, en India, cuyas muestras fueron recogidas y analizadas con nuevas herramientas de datación, gracias a la medida de la radioactividad de ciertos componentes de lava o de los sedimentos.
En esta región, el espesor de la lava aún alcanza los 1.200 metros en algunos lugares, dijo Loc Vanderkluysen. El volumen de lava expulsada en esa época, durante casi un millón de años, podría cubrir una extensión equivalente a Francia con varios ciento de metros de espesor.
La nueva datación de ambos equipos concuerda.
Uno encontró que una ola de erupciones comenzó justo antes de la extinción.
El otro se maneja con datos menos precisos, pero sugiere que la mayoría de los flujos de lava ocurrieron después del impacto del asteroide de Chicxulub: estos datos refuerzan la idea de que un megatemblor de tierra provocado por el impacto, equivalente a una magnitud de 11 grados (jamás vista), desencadenó una ola de erupciones volcánicas durante unos 300.000 años.