
El estrés eleva la producción de glóbulos blancos en la sangre y esto puede causar infartos, asegura un trabajo de Matthias Nahrendorf, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y médico encargado del Centro de Sistemas Biológicos del Hospital General de Massachusetts.
En el reporte del estudio, cuyos resultados se publicaron en la revista Nature Medicine, el experto detectó que, en las personas que se estresan continuamente, se incrementa la producción de tales células sanguíneas.
El especialista explicó que, por lo general, el cuerpo produce tal exceso de células “para cicatrizar heridas y combatir infecciones”. Sin embargo, ante un cuadro de estrés crónico, “no hay lesiones que sanar ni infección que combatir”.
Médicos bajo tensión. El hallazgo se realizó tras dar seguimiento a 29 médicos que trabajaban en unidades de cuidados intensivos.
Al hacerlo, se detectó un aumento de glóbulos blancos, específicamente de los llamados neutrófilos y de los monocitos.
Luego se procedió a estudiar el fenómeno en ratones y, al someter a estos animales a estrés crónico, se vio un aumento de hormonas, como la noradrenalina, que estimulan la producción de glóbulos blancos. Esto termina causando infartos, ya sean cardíacos o cerebrales.
Asimismo, vieron que, si bloqueaban tal mecanismo con la ayuda de una sustancia, disminuía el riesgo.
Para el cardiólogo Mauricio Fernández, se trata de un trabajo interesante. “Ellos vieron que el estrés permanente produce este aumento de células inflamatorias, que en ratones se asociaron con la ruptura de placas de colesterol en los vasos sanguíneos”, comentó.
Fernández destacó el hecho de que, como parte de la investigación, se haya logrado bloquear el estrés, lo que reduce la producción de glóbulos blancos y de infartos.