"Fue un momento de: '¡Hurra! ¡Lo logramos!' Después de salir de la atmósfera de la Tierra tuvimos como unos 7,5 minutos de mucha turbulencia y movimiento y eso no es divertido. Pero ya después, cuando confirmamos que estábamos flotando, me solté el cinturón y fui directo a la ventana para verla. Fue enamorarme del lugar donde vivo; la Tierra es espectacularmente bella, es casi imposible describirle a la gente lo maravillosa que es la Tierra desde el espacio".
Así, el exastronauta estadounidense Jerry Linenger describió su vivencia desde la Estación Espacial Internacional (EEI) y la forma en la que él pudo conocer el planeta y apreciarlo desde otra perspectiva.
Linenger es uno de los ocho exastronautas que contarán su experiencia en la serie One Strange Rock (Una roca extraña, en alusión a la Tierra), que se estrena este lunes 26 de marzo en el canal NatGeo, a las 7 p. m.
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Esta serie, conducida por el actor Will Smith, busca contarle al público cómo es nuestro planeta y por qué se considera único en el universo.
"Es increíble lo bendecidos que somos, lo suertudos que somos de vivir en un lugar como la Tierra. No es una roca inerte y pasiva; desde el espacio sabemos que es dinámica, siempre constante, se ve mucha actividad. Ahí vemos todo el engranaje maravilloso que tiene nuestro hogar, no vivimos en cualquier parte, nuestro planeta es una joya, la única –de lo que conocemos hasta hoy– con característica de albergar la vida tal y como la conocemos", enfatizó el exastronauta.
La Nación participó la mañana de este viernes en una conferencia telefónica donde Linenger interactuó con periodistas de Ciencia y Tecnología de América Latina.
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Durante casi una hora, Linenger habló sobre el espacio y cómo esta experiencia le ayudó a apreciar su hogar, pero también, de todos los retos que debió enfrentar, como apagar –junto con dos cosmonautas rusos– el incendio más grande que se ha registrado hasta el momento fuera de la atmósfera terrestre.
"Después de todo lo vivido (él estuvo casi cinco meses en la Estación Espacial Internacional), la sensación de regresar a la Tierra fue confirmar que no hay lugar como el hogar. Desde aquí no se puede ver con toda la magnitud con la que se ve desde el espacio, pero me hace apreciar lo lindo que es mi hogar", detalló a la prensa este viernes.
La página de la Agencia Nacional de Administración Espacial de Estados Unidos (NASA) también recoge parte de sus diarios personales mientras estuvo en la EEI.
"Hoy vi grandes tormentas de polvo en el Sahara de África. Volví mi vista a otro lado y vi el lago Chad y cómo se está secando. Cinco minutos después: el Nilo, el triángulo de la Península del Sinaí y el Mar Rojo, todo en una vista. Luego, Elbrus y el Cáucaso cubierto de nieve. No hay comparación", se lee en la página de la NASA.
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Interés por la salud humana
Todos los astronautas tienen rutas diferentes para llegar al espacio. A Linenger, la medicina y la disciplina en la marina lo condujeron hasta allá. Él posee una maestría en Salud Pública, otra en Epidemiología y sirvió cómo médico en la Reserva Marina de Estados Unidos, donde hace unos años había adquirido el grado de capitán.
Sin embargo, desde niño soñaba con viajar fuera de la Tierra. "Recuerdo que cuando estaba en la escuela veía la Luna y pensaba 'tenemos gente como nosotros ahí, yo quiero estar ahí afuera algún día', y así el sueño fue creciendo", relató Linenger.
"Lo bueno es que nadie en este planeta nace astronauta, no hay una carrera específica que deba estudiarse para decir 'soy un astronauta'. Al final todo suma", contó.
El exastronauta prosiguió: "si analizamos el Big bang, vemos cómo la vida emergió de ahí en algo tan complejo como lo es el universo. Yo también veo esos sistemas complejos aplicados a la salud humana. Por ejemplo, nuestro cerebro: hay millones de millones de neuronas allí y todas ellas hacen miles de conexiones a diario".
¡Fuego! No había momento para sentir miedo
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Según la página de la NASA, la misión original de Jerry Linenger en la EEI consistía en ver nuevas formas de enfrentar la microgravedad en el espacio.
"Su misión apenas estaba comenzando cuando el fuego alteró la naturaleza de su trabajo, y también sirvió para cambiar y acercar las relaciones entre los astronautas estadounidenses y rusos", señala la NASA.
"Vimos una llama salir del lado izquierdo. Hacía tanto calor que se podía derretir un metal. Tuvimos que luchar contra ese calor y la asfixia que comenzábamos a sentir mis compañeros y yo. No había tiempo para tener miedo, solo teníamos tiempo para ser metódicos. En eso rescato que mis compañeros rusos tuvieron esa misma actitud y eso ayudó a que todos nos mantuviéramos ecuánimes", subrayó Linenger a la prensa latinoamericana.
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Y agregó: "en ese momento mi esposa estaba embarazada, yo solo podía pensar en ella y en mi hijo. Ahí vi que no solo es el instinto de supervivencia, sino también el de preservación de la especie, porque también pensé que ellos me necesitaban y que yo quería tener más hijos (es padre de dos hombres y dos mujeres)".
Este no fue el único desafío que elevó sus niveles de adrenalina. También tuvo que servir de "oficial de tránsito espacial" para evitar una colisión entre la estación espacial y una nave espacial de reabastecimiento entrante.
"Hubo varios momentos de la misión en los que agradecí mi formación en la marina y el haber volado en sus aviones", declaró.
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Otros de los obstáculos que venció junto con sus compañeros fueron reiterados errores en el funcionamiento de los sistemas críticos de soporte vital y una falla en las computadoras que provocaron que la EEI diera vueltas de modo incontrolable en el espacio.
"Todas estas cosas me hicieron aprender sobre que se necesita tener cabeza fría y echar fuera el miedo para poder reaccionar y sobrevivir", aseguró el exastronauta durante la conferencia telefónica.
Al finalizar la peligrosa misión, Linenger registró 80.4 millones de kilómetros, el equivalente en distancia a más de 110 viajes de ida y vuelta a la Luna.
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Visita Costa Rica para surfear
La vida de este exastronauta va más allá de sus aventuras en el espacio. El deporte también es parte vital de su existencia. Desde adolescente es triatlonista, y practica ciclismo, natación y surf.
De hecho, ha visitado Costa Rica con su esposa e hijos en tres ocasiones para surfear en playas de Guanacaste y Puntarenas.
"A mis hijos les encanta surfear, y ustedes tienen de las mejores olas. Además, las veces que hemos ido a las playas nos hemos encontrado gente muy amable y es fácil pasar un buen rato con ellos", recordó.
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Añadió: "en general de todos los países de América Latina tengo buenos recuerdos, y, déjenme decirles a ustedes que viven en un lugar muy especial del planeta. Desde el espacio pude ver lo espectacular de sus paisajes".
El ver el planeta desde otra perspectiva también hizo a Linenger crear conciencia y tomar acción a favor del medio ambiente. Es miembro fundador del directorio del grupo global de expertos sobre agua dulce Circle of Blue, y miembro de la junta consultiva en el grupo líder en sustentabilidad Volans.
En pantalla
El exastronauta asegura que nunca se imaginó en una serie de televisión, pero que One Strange Rock es un show que lo reúne todo, pues hace que las personas aprendan y se maravillen, aunque tengan pocos o muchos conocimientos sobre el espacio.
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"Nos hace ser conscientes de lo suertudos que somos de vivir aquí y apreciar cuán increíble es la vida en la Tierra", aseguró.
La serie que se estrenará este lunes cuenta con diez episodios con una duración aproximada de 45 minutos.