La variación en la longitud de los cromosomas es uno de los fenómenos que se observan en las personas que han pasado cerca de un año en el espacio.
Así lo sugieren los resultados preliminares de un estudio realizado por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) que compara los datos del astronauta Scott Kelly, quien estuvo 340 días en el espacio, con los de su hermano gemelo, Mark.
Según la revista Nature , la principal tarea de los científicos será entender cuántos de los cambios observados están específicamente relacionados con “las demandas físicas del vuelo espacial y cuántos podrían ser, simplemente, debidos a variaciones naturales”.
Asimismo, puntualizó que por cuanto los gemelos Kelly son solo dos personas, los resultados pueden generalizarse a otros casos.
Durante la estadía de Scott fuera del planeta, el tamaño de sus telómeros (pequeñas “hebras” de ADN ubicadas en los extremos de los cromosomas) aumentó y estos se hicieron más grandes que los de su hermano. Cuando el astronauta regresó a la Tierra, sus telómeros volvieron al tamaño inicial con relativa rapidez.
Otro de los descubrimientos que asombró a los científicos es que un proceso químico llamado metilación del ADN, el cual provoca que se “apague” la expresión de un gen que está “bueno”, disminuyó mientras Scott estaba en el espacio y aumentó en su hermano, el también astronauta Mark, quien se hallaba en tierra.
Los niveles de ambos volvieron a la normalidad cuando Scott Kelly retornó de su viaje.
Según el genetista Andrew Feinberg, todavía no saben qué podría significar o a qué podría deberse este fenómeno.