La Paz
Científicos de la misión Ice Memory lograron descender el nevado boliviano Illimani con muestras de hielo que serán almacenadas en una base de la Antártida, como parte de un programa de conservación de la memoria de glaciales expuestos al cambio climático.
"Finalmente han llegado. Frescas. Las primeras piezas de hielo del proyecto Illimani. ¡Bravo equipo!", escribió la misión en su cuenta oficial de Facebook, junto a una foto de bloques del nevado de 6.400 m de altitud que corona la ciudad de La Paz.
El nevado Illimani alberga hasta 18.000 años de información climática y ambiental, de una extensa región entre el Altiplano y la Amazonía bolivianos.
Estos bloques de hielo serán trasladados luego a la base del Proyecto Ice Memory en la Antártida, donde está establecida "la primera biblioteca mundial de archivos glaciales de los glaciales amenazados por el calentamiento global", según un informe del Instituto francés de Investigación para el Desarrollo (IRD).
Los científicos hicieron una primera perforación en Los Alpes franceses el año pasado.
En una declaración en marzo pasado en París, Jérôme Chappellaz, director de investigación del Centro Nacional francés de Investigación Científica (CNRS), dijo que actualmente, estos "archivos" está en peligro, pues debido al aumento de la temperatura global, los glaciares se funden y "el agua del deshielo se filtra en el interior y borra los registros geoquímicos que (...) interesan".
La expedición en el Illimani, que reunió a una veintena de científicos de Francia, Rusia, Brasil, Bolivia y Estados Unidos, comenzó el 22 de mayo y concluirá en diez días, según la organización.
Además de las variaciones climáticas, el Illimani está sometido a la explotación minera.
En abril pasado miles de indígenas que viven alrededor del Illimani colapsaron el centro de La Paz, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, con una marcha que exigió la preservación del glacial.
Los lugareños piden a las autoridades la promulgación de una ley para que el nevado sea patrimonio natural, y evitar cualquier explotación que contamine afluentes que nacen de su deshielo, que alimentan la actividad agrícola.
Los comuneros denuncian desde hace varios meses que en el nevado hay actividad de empresas mineras, incluso chinas, aunque el ministro del sector, César Navarro, insiste en que "de más de 2.300 hectáreas concesionadas en las faldas del Illimani, el 80% está prácticamente revertida a manos del Estado y el 20% no tiene actividad productiva".