Al hablar sobre enfermedades mentales, muchos son los factores que entran en juego. El ambiente en el que se desenvuelve la persona, las situaciones estresantes que pueda enfrentar en determinado momento, ciertos padecimientos de salud o hasta el consumo de algunas sustancias, podrían alterar la mente.
¿Qué papel juega la genética en todo esto? Para la genetista Henriette Raventós Vorst los genes están implicados, pero no son determinantes. "Ellos no actúan solos, como si estuvieran en una caja al vacío", dijo.
Inquietudes como estas serán analizadas en la nueva edición de "Pregúntele al científico", un proyecto conjunto entre la Academia Nacional de Ciencias (ANC) y La Nación, que, al igual que en el 2016, se publicará todos los viernes de agosto y abordará temas diversos como fenómenos atmosféricos, microbiología y exploración espacial.
A continuación una selección de las interrogantes que en esta ocasión plantearon algunos lectores.
-¿Cuál es la enfermedad mental en la que la genética tiene mayor participación?
Por los estudios en familias, gemelos y adopciones, son la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
-En enfermedades como el trastorno bipolar, ¿quién tiene más posibilidad de heredar esta enfermedad, la mujer o el hombre?
No hay diferencias importantes en la prevalencia por género en los trastornos mentales severos (esquizofrenia y trastorno bipolar) ni en la probabilidad de heredar la vulnerabilidad a presentar estas condiciones durante el transcurso de la vida.
En otras condiciones como el autismo, sí es más frecuente en hombres.
-Si mi papá es depresivo, ¿cuán posible es que yo desarrolle esa condición?
La depresión es un trastorno muy heterogéneo que se presenta en hasta el 10% de la población. En una persona con un padre o madre con el diagnóstico de depresión mayor, el riesgo de presentar este cuadro aumenta dos o tres veces en comparación con el riesgo de la población general, y es mayor si el padre o madre han tenido más episodios.
Es importante señalar que los estudios epidemiológicos calculan el aumento en el riesgo, pero no si es por ambientes compartidos e historia de vida o por factores genéticos.
-He escuchado que si alguien está genéticamente predispuesto a sufrir esquizofrenia, este mal podría despertarse con el consumo de drogas como la marihuana. ¿Es eso cierto?
Específicamente para la marihuana y la esquizofrenia, los estudios han mostrado una asociación estadísticamente significativa entre estas dos: más personas con esquizofrenia consumen marihuana que personas sin esquizofrenia.
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Además, se ha visto que el consumo de marihuana en adolescentes y personas jóvenes puede precipitar un episodio psicótico (delirios: ideas que no son ciertas; alucinaciones: percepciones sensoriales que no son reales) similar a lo que se observa en esquizofrenia (aunque no evolucionen a presentar esta enfermedad después de este episodio psicótico).
La evidencia también muestra que el uso crónico de la marihuana en adolescentes produce una disminución en el índice de coeficiente intelectual.
Regresando a la asociación entre consumo de marihuana y la esquizofrenia ¿Qué significa? Se ha interpretado que las personas genéticamente predispuestas disparan su susceptibilidad con el consumo de marihuana. Sin embargo, no hay suficiente evidencia para mostrar que la relación es causal.
Actualmente se realizan estudios para dilucidar si la asociación es porque hay factores genéticos predisponentes comunes para consumo de marihuana y esquizofrenia o si el consumo es una forma de auto-medicación y se inicia con los primeros síntomas de la enfermedad. Asimismo se investiga si empeora la evolución o si más bien la mejora.
Esperamos que en unos años tengamos mayor evidencia para explicar esta asociación.
-¿Es suficiente la genética para sufrir una enfermedad mental o pesan más otros factores como los ambientes, las situaciones estresantes, el consumo de drogas, etcétera?
Con la excepción de muy pocos trastornos mentales causados por lo que llamamos genes de efecto mayor (por ejemplo, algunas formas raras de demencia familiar), los factores genéticos no son suficientes para que se presente una alteración de este tipo.
Se han encontrado más de 100 variantes genéticas (llamadas de efecto menor porque aumentan muy poco el riesgo), de las miles de variantes que se calculan, que al combinarse con otras variantes genéticas y factores ambientales de riesgo, contribuyen a que surja la enfermedad.
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Los estudios en gemelos, familias y adopciones son las herramientas que se usan para intentar dilucidar la participación de los genes.
Por ejemplo, en las enfermedades que llamamos Mendelianas, si un gemelo idéntico presenta la enfermedad, el otro gemelo debe presentarla. Y aunque la concordancia en trastornos mentales sí es mayor en gemelos idénticos que en gemelos diferentes (o dicigóticos), el que esto no sea en un 100% de los casos muestra la participación del ambiente.
En el ambiente los genetistas incluimos todo lo no-genético, por ejemplo, infecciones durante el embarazo, otros eventos que producen inflamación, complicaciones neonatales, trauma psicosocial, consumo de drogas, etcétera.
¿Cuáles son los de mayor peso en los trastornos mentales? Es una pregunta que muchas veces se nos hace por la famosa dicotomía "nature versus nurture" (naturaleza versus crianza) y que es muy difícil o imposible de responder.
Somos una interacción "nature MÁS nurture", que se analizan separadas en estos estudios para comprender los factores participantes, pero son divisiones artificiales que no existen independientemente.
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-¿Quería saber si algunas zonas del país presentan alta incidencia de enfermedades mentales debido a que hay mayor endogamia. Por ejemplo he escuchado que esto sucede en la zona de los Santos y Turrialba?
En el país no existe un estudio sobre la epidemiología de los trastornos mentales. Por lo anterior, no es posible afirmar si hay regiones con mayor prevalencia.
Además, los estudios internacionales no han mostrado diferencias importantes por región del mundo para los trastornos mentales severos, como el trastorno bipolar y la esquizofrenia, por lo que se asume que al menos para estas, su prevalencia (menos del 2%) no variará tampoco para Costa Rica.
Si hay diferencias en otras condiciones (depresión, abuso de drogas y alcohol, síndrome de estrés postraumático, por ejemplo) pero no relacionadas con factores genéticos, sino más bien a diferencias en condiciones socioeconómicas, violencia, migración, roles de género, acceso a servicios, entre otros.
Las enfermedades en las que la endogamia es un factor de riesgo son las que clasificamos como autosómicas recesivas. Así, cuando dos personas comparten la misma mutación en uno de sus genes por un ancestro común, entre más cercano sea ese ancenstro, mayor será el riesgo.
-En este momento ¿existen tratamientos que aborden la genética para tratar enfermedades mentales?
No, por ahora no. Y debemos tener claro que no vamos a modificar los genes de la persona o en los embriones. No es terapia génica lo que se busca.
La expectativa es que el conocimiento de algunas de las variantes en estos genes que aumentan la predisposición, va a servir para comprender los mecanismos biológicos de estos trastornos y esta información podría ser útil para diseñar medicamentos dirigidos a esas vías biológicas.
Los genes tienen información para producir proteínas. Si un gen presenta una mutación, se puede producir una proteína defectuosa.
Si comprendemos las vías biológicas, se puede diseñar, por ejemplo, un medicamento para bloquear una proteína que funcione más de la cuenta, o un fármaco que estimule la función de otra proteína que más bien está trabajando menos.
-¿Qué instituciones en Costa Rica investigan las enfermedades mentales desde el punto de vista genético y qué logros importantes han obtenido?
Desde hace un cuarto de siglo, se han realizado investigaciones en la Universidad de Costa Rica, en hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y en consultorios psiquiátricos privados.
Se han encontrado varias regiones cromosómicas y variantes genéticas asociadas al riesgo mayor para algunos trastornos mentales en la población costarricense, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
Algunos de los resultados nacionales son réplicas de estudios en otras poblaciones y otros fueron descritos por primera vez en nuestro país.
Algunas de estas variantes han sido estudiadas en modelos celulares en el laboratorio y se ha demostrado el efecto de la mutación en el funcionamiento de la célula, corroborando que son variantes que alteran la función de la proteína y su posible participación en la etiología del trastorno.
Estos estudios han sido publicados en decenas de artículos científicos a nivel internacional.
Costa Rica, Colombia, México y Brasil son los líderes en el estudio de la genética de los trastornos mentales en América Latina.
-¿A qué obstáculos se enfrentan quienes investigan la genética de las enfermedades mentales, sobre todo para dar un diagnóstico?
Debido a que no se cuenta con exámenes de laboratorio o de gabinete que ayuden al psiquiatra a hacer el diagnóstico, una de las dificultades principales en la investigación es justamente ese.
Por lo anterior, utilizamos lo que se llama mejor estimado diagnóstico. Consiste en hacer una entrevista a la persona con el trastorno, mediante un cuestionario diseñado para estas investigaciones.
También se incluye una entrevista a un familiar cercano con un cuestionario diseñado para este fin; y se recolecta información de los expedientes médicos.
Estas tres fuentes de información, tomadas por especialistas en salud mental y entrenados para conducir estas entrevistas, son analizadas por dos expertos independientes que deben alcanzar un diagnóstico por consenso.
Solo las personas con el diagnóstico de consenso del trastorno a estudiar son incluidas en el análisis genético.
Además, en algunos estudios incluimos otros instrumentos, como pruebas cognitivas, de personalidad, de calidad de vida, de funcionalidad, de resonancia magnética nuclear, etcétera.
Otro obstáculo que existe, es que es más difícil conseguir financiamiento para investigar trastornos mentales que otras enfermedades, porque se dedican menos fondos internacionales para esta población.
También, aún se asume en algunos espacios que las personas con trastornos mentales no son capaces de dar su consentimiento para participar, lo cual no es así (con excepciones, que también se dan en otras condiciones de vulnerabilidad). Por lo anterior, en general, es más lento conseguir la aprobación para iniciar la investigación.
-¿Por qué no hay datos epidemiológicos en salud mental en Costa Rica?
Aunque se han hecho estudios epidemiológicos en grupos específicos pequeños hace muchas décadas, no ha sido posible obtener financiamiento para un estudio de toda la población, en parte porque la salud mental no ha sido una prioridad en investigación.
Son estudios muy caros porque hay que visitar miles de hogares para pasar una encuesta que dura aproximadamente 90 minutos con encuestadores entrenados.
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Como existen estudios en otras partes del mundo, en general, las autoridades de salud se basan en esos datos.
Sin embargo, la Política Nacional de Salud Mental 2012-20 lo pone como una de sus prioridades porque no se puede asumir que lo que se observa en otros países se puede generalizar a nuestra población, especialmente para condiciones en que el contexto socio-económico es muy importante.
Por lo anterior, desde hace varios años la UCR está haciendo esfuerzos por conducir la primera encuesta nacional de salud mental y esperamos conseguir financiamiento en este año.
¿Quién es la científica?
Henriette Raventós es profesora e investigadora de la UCR. Actualmente labora en el campo de la genética humana desde la Escuela de Biología y el Centro de Investigaciones en Biología Celular y Molecular (CIBCM).
Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias.