Ha pasado medio siglo desde que tuvo lugar uno de los mayores hitos científicos e históricos: la llegada de los seres humanos a la Luna. Y gracias a aquellos primeros pasos no solo tenemos mayor tecnología espacial, si no avances en la comprensión del cuerpo humano, de la medicina y de la ingeniería. Un hecho, que sin duda impactó todo el quehacer científico.
¿Cómo fue aquella travesía? La Nación la rememora en esta fecha, de la mano de documentos históricos y fotografías facilitadas a la prensa internacional por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés).
Fueron arduos meses de preparación y adrenalina para todos los implicados en la misión. Las tres semanas previas al lanzamiento Neil Armstrong, Edwin “Buzz” Aldrin y Michael Collins, los astronautas designados, estuvieron preparándose con la ayuda de simuladores de la nave espacial y de las condiciones que tendrían fuera de la atmósfera terrestre.
Mientras tanto, la expectativa mundial crecía a toda fuerza. Un comunicado oficial de la NASA del 6 de julio citaba: “Estados Unidos lanzará una nave espacial con tres hombres hacia la Luna el 16 de julio, con la meta de que dos astronautas caminen sobre la superficie lunar cuatro días después. Si esta misión –llamada Apollo 11– es exitosa, la humanidad logrará su sueño de hace mucho tiempo, de caminar en otro cuerpo celestial. El primer astronauta sobre la superficie de la Luna será Neil A. Armstrong, de 38 años, de Wapakoneta, Ohio”.
La prensa de muchos países, amantes de la ciencia y curiosos se acercaron a Florida para presenciar el despegue de esta nave espacial. Se calcula que cerca de un millón de personas comenzaron a reunirse desde una semana antes en el estado estadounidense para ser testigos del lanzamiento, y cerca de 500 millones de seres humanos alrededor del mundo lo vieron por televisión.
Día del lanzamiento comenzó temprano
Aquel 16 de julio de 1969 los tres astronautas fueron despertados a las 4:15 a. m., hora de Florida. Una hora y 20 minutos después, el mundo fue testigo de lo que desayunaron: jugo de naranja, carne, huevos revueltos, y café. Necesitaban una comida fuerte para lo que se les vendría el resto de la jornada.
A las 6:27 a. m. salieron hacia la plataforma de lanzamiento, que quedaba a unos 12 kilómetros del lugar donde desayunaron.
A las 6:54 a. m. Armstrong llegó al módulo de comando y se posicionó a la izquierda. A los cinco minutos se le unieron Collins, a su derecha y Aldrin ocupó la posición del centro. ¡Ya estaban listos!
Como nada es perfecto, se presentaron dos problemas pequeños en el equipo, pero fueron corregidos antes de que llegaran a la plataforma del lanzamiento.
Ya para las 9:27 a.m. los motores comenzaron a encenderse. Se estaba a solo cinco minutos del despegue.
El panel de control dio las palabras de salida: “Buena suerte y buena velocidad", a lo que Armstrong respondió: “Muchas gracias, sabemos que este será un buen viaje”.
Para las 8:52 p. m. todo estaba tan tranquilo en el espacio que los astronautas pudieron dormir dos horas antes de lo previsto.
Los días siguientes transcurrieron sin problemas mayores, esperando la llegada de la primera caminata lunar el 20 de julio.
¡Y llegó el alunizaje!
A las 4:05 p.m. de ese 20 de julio de 1969, Neil Armstrong comenzó a preparar el módulo lunar para que llegara a la superficie. No fue una tarea sencilla, de hecho parecía dirigirse a casi seis kilómetros del lugar planeado, en la esquina suroeste del llamado Mar de la Tranquilidad. Armstrong se vio obligado a hacer el control de forma manual, con la ayuda de Aldrin. Según reporta la NASA, las palpitaciones del astronauta subieron de 77 por minuto a 156.
A las 4:18 Armstrong comunicó claramente “¡El Águila ha llegado!".
Aldrin y Armstrong comenzaron a describir desde el módulo lunar lo que veían: “Básicamente no tiene color. Es gris y gris tiza. Algunas de las rocas de la superficie se han roto o dañado con la llegada del módulo lunar, su parte interior se ve de un gris muy oscuro”, reportó Aldrin.
A las 10:39 p.m. Armstrong logró abrir el módulo lunar y se escabulló por la entrada. El proceso fue lento. El peso es diferente en la Luna, también la presión de otro tipo de atmósfera y la microgravedad. No fue fácil adaptarse.
A las 10:56 p.m. Armstrong puso su pie izquierdo sobre la superficie de nuestro satélite natural. El primer paso fuera de la Tierra para un ser humano. Y entonces, pronunció sus palabras inmortales:
“Es un pequeño paso para un hombre, uno grande para la humanidad”, dijo, mientras Aldrin fotografiaba desde el módulo lunar.
Armstrong comenzó a describir lo que veía: “la superficie es fina y polvorosa. Puedo recogerla con los dedos de mi pie. Se adhiere finamente a las suelas y a los lados de mis botas”, señaló.
Caminó un poco y continuó con su descripción: “parece que no hay dificultad de moverse por aquí, justo como pensábamos, pero se hace todavía más fácil que en los simulacros”.
Posteriormente tomó unas muestras de tierra y se las guardó.
A las 11:11 p. m. Aldrin bajó del módulo lunar y se unió a su compañero. Media hora después, ambos plantaron la bandera de Estados Unidos. A las 11:48 p. m. hablaron con el presidente estadounidense Richard Nixon, quien se encontraba en la Casa Blanca. Aquella conversación duró tres minutos.
Posteriormente, los astronautas colocaron un sismógrafo y un reflector láser, equipos que se quedarían en la superficie lunar y permitirán estudiar factores como la posibilidad de movimientos sísmicos, erupciones volcánicas, impacto de meteoros y otro tipo de incidentes en la Luna.
También dejaron una placa para recordar el momento: “Aquí hombres del planeta Tierra dejaron su primera huella en la Luna. Vinimos en paz para toda la humanidad”. Esta iba firmada por los tres astronautas y por el presidente Nixon.
A las 12:54, con todas sus tareas terminadas, los astronautas emprendieron el regreso al módulo lunar. Les quedaban varias horas de responder preguntas acerca de lo visto en la Luna.
A las 4:25 a. m. fueron enviados a dormir, con la satisfacción de haber conseguido uno de los mayores hitos.
Los días posteriores fueron de análisis y comenzar el regreso a su hogar. El 24 de julio, a las 12:51 p. m. el Apollo cayó en el mar de Hawai, cerca de Honolulú, a 13 millas náuticas de donde estaba su barco de rescate. La salida de la nave fue lenta, tomó más de una hora, la travesía hasta la embarcación también fue lenta, pero finalmente, a las 3:55 p. m. tocaron tierra.